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Carlota Mayor Bastida y Jaime Bernaola, ambos médicos de profesión, se dieron el 'sí quiero' en una preciosa ceremonia religiosa que tuvo lugar este pasado sábado 7 de octubre a la una de la tarde en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Brunete, un templo construido originariamente en el siglo XVI que mantiene su estructura original, incluso después de la conocida batalla de Brunete de la Guerra Civil, que arrasó con la arquitectura del pueblo. La novia es hija del expolítico Jaime Mayor Oreja, quien ejerció de padrino en la boda, así que no sorprende que un grupo extenso de la élite política española estuviese presente para ver a Carlota caminando hacia el altar con un atemporal vestido blanco que recuerda al de Meghan Markle.
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El vestido de Carlota Mayor Bastida con escote 'Meghan'
La hija del expolítico se decantó para su día especial por un formato de vestido absolutamente infalible, que resulta tan sencillo como diferente. Y es que, en 2016, la duquesa de Sussex, Meghan Markle dejó huella en la historia de la moda nupcial con un look de novia muy similar, ideado por Clare Waight Keller, la primera directora artística de Givenchy. Es conocido por su clasicismo, así como por el escote de tipo barco que aporta ese toque distintivo al diseño, mismo.
Es un corte que deja la clavícula y parte de los hombros al descubierto sin llegar a desvelar del todo la zona, de modo que no solo resultó innovador que una mujer de la realeza lo llevase sino que, además, planteó una nueva forma de optar por la sensualidad en ceremonias religiosas y no faltar al protocolo.
Una impresionante cola de tul
El vestido de Carlota Mayor Bastida, al igual que el de Meghan, presenta un cuerpo acorsetado ceñido a su silueta que desemboca en una falda amplia y fluida, aunque la española se distinguió de la conocida royal al añadir ciertos detalles maximalismas que hacen de este un look nupcial de lo más original y romántico. Sus mangas francesas están rematadas por unos puños de tul estilo victoriano y, al darse la vuelta en su entrada a la iglesia, apreciamos que una imponente cola de tul bordado sobresale de la parte posterior del vestido y se extiende a su paso por debajo del tradicional velo.
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A la salida, una vez que Carlota y Jaime fueron declarados marido y mujer, pudimos apreciar, ya sin el velo en el camino, los sutiles pendientes de brillantes que completan el estilismo de la joven médico, quien prefirió recoger su melena castaña en un sofisticado moño, como también hizo la duquesa de Sussex en su mediática boda real. En cuanto al calzado, la novia escogió unos salones de acabado satinado en un tono marfil más opaco que el impoluto blanco de su vestido.