Vestirse de blanco no implica, necesariamente, elegir un vestido de novia tradicional. De hecho cada vez son más las mujeres que buscan prendas que guarden ciertas similitudes con otros looks que llevarían en otros momentos importantes o, en algunos casos, que beban de las tendencias actuales. En resumen, que se trate de diseños que, pese a ser blancos y casi siempre largos, las representen. Un motivo por el que Paloma, una novia de Cantabria, apostó por Castellar Granados.
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Un vestido de novia diferente
Después de trabajar durante años en algunas de las principales firmas de retail españolas más importantes, Castellar decidió lanzar en 2016 su propio proyecto. Era una firma que nacía con la intención de ofrecer a las novias diseños de Alta Costura creados con una mirada diferente, en los que la sofisticación y la elegancia estuvieran siempre en el centro. "Tuve un flechazo con ella. El primer día que fui a visitarla, le conté mis ideas, lo que me gustaba y lo que no, hablamos sobre inspiraciones que a las dos nos gustaban y allí mismo tuve claro que me lo haría ella. A partir de ahí todo fue fluyendo…Castellar es muy creativa, se sale de la 'novia convencional' y me dio mucha confianza su bagaje y pasión por la moda", nos explica Paloma que en la imagen aparece acompañada por su hermana.
Ella, como muchas novias, tenía una carpeta de inspiración en la que atesoraba diseños que, a lo largo de los años, habían llamado su atención. Pero si algo tenía claro era que buscaba un vestido confeccionado en satén de seda, con unos puños especiales y el cuello subido. Premisas con las que Castellar cumplió. "Cuando tuvimos decidido el boceto con el diseño ganador, elegimos las telas y para mí fue un acierto absoluto. Me encanta la combinación de tejidos y queríamos que fuese un vestido con tejidos diferentes aunque el satén de seda fuera protagonista en la parte inferior", apunta la novia.
Para las mangas, el escote y la espalda la diseñadora sugirió utilizar un tul de seda, un tejido muy delicado y ligeramente transparente que se adaptaba al cuerpo de la novia como una segunda piel. También utilizaron muselina de seda para crear una especie de chaleco drapeado, con un fruncido central y una caída del mismo tejido que aportaba más movimiento a la prenda. "Los puños eran muy importantes para mí, siempre me fijo en los puños de los vestidos de novia, es un detalle que me parece que puede cambiar totalmente un diseño. Castellar me propuso un puño con volante aportando un toque romántico al vestido, una idea que me encantó. La espalda también era importante para nosotras, decidimos poner una fila de botones encima del tul de seda y hacerla aún más especial".
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Sí al velo
La última decisión que tomaron fue la de incorporar el velo. Paloma, como muchas novias, no había valorado la opción de llevar este complemento que, según muchos expertos, da un aire más etéreo y romántico al diseño, convirtiendo a la mujer realmente en una novia. "Tampoco me había planteado nunca ir velada pero cuando lo probamos fue un sí claro".
Paloma nos explica que durante las cuatro pruebas en las que fueron creando y definiendo el vestido, Castellar puso todo su empeño para que el diseño final representara a la novia. Y no falló: el resultado superó las expectativas de la novia. "Hay que ser fiel a tu estilo y apostar por tus ideas iniciales, las primeras opciones no suelen fallar. Es importante no sentirse disfrazada solo por pensar que es un vestido de novia y tiene que ser más especial o recargado", apunta Paloma.
En un momento en el que casi todas las novias (o al menos un número muy importante de ellas) apuestan por vestidos transformables, que evolucionen a lo largo de la celebración para lograra el efecto de que la novia lleva diferentes looks, Paloma quiso ser transgresora y permanecer durante toda la boda con el mismo vestido. Únicamente se soltó el pelo y se quitó el velo.
Joyas muy especiales
Las joyas siempre tienen una importancia especial para las novias. A veces porque se trata de recuerdos familiares, reliquias con las que sentirse más acompañada en el día de la boda, o piezas nuevas pero llenas de significado. Paloma eligió unos maravillosos pendientes antiguos de Del Páramo Vintage Joyas, eran largos y aportaban mucha luz a su rostros. Lució también el anillo de pedida que le regaló Manu, de la misma firma, y un cinquillo -un anillo que se caracteriza por tener cinco piedras engarzadas- de su abuela que también llevó su madre en su boda y con el que cumplió con la tradición de tener ese "algo prestado". Como calzado eligió unas bonitas sandalias doradas de Aquazzura.
Para su maquillaje y su peinado, Paloma confió en Carlos Moreno para Lancôme. "Ya me había maquillado en alguna ocasión y me conoce bien. Yo siempre llevo el pelo suelto, pero tenía claro que quería casarme con recogido y Carlos dio en el clavo con una coleta ondulada que después convirtió en una melena con ondas al agua para el banquete y la fiesta. Para los preparativos llevé un camisón de Namur Collection, regalo de mi mejor amiga y de mi hermana", nos cuenta.
Un ramo de hortensias
Hay novias que añaden notas de color a su look nupcial a través del ramo y otras que, por el contrario, prefieren una composición en la que el blanco continúe siendo el protagonista. El de Paloma era de hortensias, su flor favorita porque le devuelve los recuerdos de los veranos en el norte, de su infancia, de su casa. "Maxi Viaña se encargó de toda la decoración floral y también de mi ramo. Mis testigos me regalaron una cinta para llevar en el ramo con una medalla que llevaba escrito nuestros nombres y la fecha de la boda", nos cuenta.
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El look de la preboda
Paloma nos cuenta que otro look que eligió con mucho mimo fue el de su preboda. "Llevé un diseño de De la Cierva y Nicolás, un vestido muy 'yo' con efecto chocker y un lazo que caía por la espalda, perfecto para utilizar en más ocasiones especiales". Añade que lo combinó con unos pendientes muy especiales para ella de la firma española artesana M de Paulet y unas sandalias de Castañer.
La historia de Paloma y Manu
A veces pasa que dos personas que se conocen desde siempre se terminan mirando de un modo diferente y se enamoran. Paloma y Manu son de la misma ciudad, iban al mismo colegio… Pero tuvo que ser en otra ciudad y en otro país cuando se dieron cuenta de que, en realidad, la vida los había puesto en el camino por una razón especial. "Fue en Londres hace 7 años cuando coincidimos y empezamos a salir. Estuvimos a distancia hasta el año pasado que por fin pudimos mudarnos juntos", nos cuenta la novia.
Y fue en ese momento, cuando todo parecía ponerse de su parte, cuando decidieron que había llegado el momento de dar otro paso más en su relación. "En un viaje a Budapest y de la forma más inesperada en ese momento Manu me pidió que me casará con él", relata Paloma.
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Y llegó el gran día. El 8 de julio Paloma y Manu se dieron el 'sí, quiero' en la iglesia de Santiago en Ongayo (Suances). "La celebración fue en el Nuevo Molino de Puente Arce, un acogedor restaurante con Estrella Michelin, muy especial para nosotros y la familia del novio, sabíamos que era una apuesta segura".
Siempre me gusta preguntar a nuestras novias por el momento más especial de su boda y casi todas coinciden: cuando entran a la iglesia del brazo de su padre y ven al novio esperando en el altar. No me sorprende, también fue el mío y Paloma, coincide. "Cuando te dicen que es el día más bonito de tu vida, se queda corto. Es la felicidad plena desde que empieza hasta que acaba. Me cuesta elegir un solo momento pero creo que la entrada a la iglesia y el momento de dar el 'sí, quiero' es lo más emocionante".
El novio llevaba un chaqué a medida de Scalpers, corbata de Hermès y zapatos de Crockett & Jones.
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Después de la ceremonia los nervios que pudiera haber se templan y llega el momento de disfrutar. Paloma nos explica que se encargaron ellos de organizarlo todo y que gracias a que prepararon la boda con un año y medio de antelación pudieron contar sin problema con los proveedores que más les gustaban. "Yo trabajo en una agencia de comunicación (Valyty) y estoy acostumbrada a la producción de los eventos por lo que he disfrutado mucho del proceso. La parte favorita de Manu fue encargarse de dibujar el seating plan y los meseros con ciudades que hemos visitado estos años".
Pero Paloma tiene claro que la organización, aunque importante, no lo es todo. Por eso, cuando le pedimos que de un consejo a otros futuros novios, no duda: "Que se centren en disfrutar del día al máximo, de vivir cada momento. Es importante agradar a tus invitados sin duda, pero no olvidéis que estáis celebrando vuestra vida juntos. Por eso haced en cada momento lo que os apetezca, sed impulsivos, ese día es vuestro, bailar todo lo que podáis y sed felices".
Paloma quiere agradecer especialmente su trabajo a todos los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda.
- Vestido boda: Castellar Granados
- Vestido preboda: De la Cierva y Nicolás
- Zapatos: Aquazzura y Castañer
- Joyas: Del Páramo Vintage Joyas y M de Paulet (preboda)
- Fotografía: Plata. Forma
- DJ: Amazing deejays
- Maquilaje y peluquería: Carlos Moreno Plaza para Lancôme
- Papelería: Paula Centeno Studio
- Flores: Maxi Viaña
- Coche antiguo: Bonvoyage Sensitive