Cuesta, al pensar en Claudia Schiffer en los 90, no imaginarla subida con aplomo en la pasarela, moviendo con soltura toda una suerte de grandes volantes e infinitos velos de aquellos vestidos de novia firmados por Chanel, pues, entonces, el vestido de novia lo era todo en un desfile. La musa nupcial por definición fue Claudia, y no solo se vistió de blanco innumerables veces para su queridísimo amigo Karl Lagerfeld, también lo hizo para otros grandes genios como Yves Saint-Laurent o Valentino.
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Kate Moss, Naomi Campbell , Christy Turlington, Laetitia Casta, Linda Evangelista, Carla Bruni... no fueron menos. Todas y cada una de ellas pasaron por ese altar ficticio de grandes modistas que nos hizo soñar con la novia más radiante en una época en la que casarse a la última eran casi exigencia del guion.
La novia excéntrica, la minimal, la ensoñadora... merecen una mención de honor en el revival 90’s que vivimos
La cara B de ir a la moda era la foto ceremonial, eterno chivato de semejante fechoría, pues, la realidad sea dicha, no todo el mundo defendería esta clase de diseños a la altura de una top model ... En eso sí hemos mejorado, y hoy en día prima sentirse una misma en ese vestido que, durante 24 horas y para toda una eternidad, quedará en la memoria (y en las redes sociales), como una fiel extensión de su protagonista. Pero volvamos a los 90. Aunque la nota más excéntrica y ensoñadora venía en su mayoría de la mano de la propuesta de alta costura, las colecciones prêt-à-porter no hacían, ni muchísimo, de menos la ansiada aparición estelar de la novia.
Cómo olvidar a Kate Moss enfundada en aquel minivestido a tope de lentejuelas , el más rompedor de la historia, en la propuesta primaveral del 95 del mismísimo Gianni Versace. Escotes imposibles, volúmenes inabarcables, pedrería, encaje, transparencias ... y, cómo no, pinceladas minimal precedidas por diseños depurados que dibujaban la silueta más elegante de la época. Rendidos al espíritu de añoranza que parte de la tendencia actual, si ahora toca recordar y vestir de nuevo de los 90, sus novias no merecen menos que una mención de honor en el podio de preciosidades que nos dejó aquella década. Irreverente, loca, ecléctica... inolvidable.