Elegante, sofisticado y sensual. Estos tres adjetivos sirven para definir un vestido, pero también el estilo de una mujer. Esther nos explica que son los que eligió el diseñador Luis Berrendero para referirse a su vestido de novia durante su primer encuentro, pero también tres palabras con las que, de alguna manera, se siente identificada. Y es que esta madrileña que se casó en Asturias el pasado 10 de junio tiene claro que lo más importante a la hora de elegir el look nupcial es sentir que te representa.
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Clásico, pero con toques especiales
Definir el estilo de una persona no siempre es fácil. Los grandes expertos coinciden en que todos tenemos muchas aristas y en función del momento y la circunstancia unos diseños pueden encajar con nosotros mejor que otros. "Hay infinidad de estilos y modelos que me gustan, pero no para ese día. Solo tenía claro que quería ser una novia muy novia. Dentro del clasicismo, Luis consiguió darle toques de diseño, como la manga con hombrera muy marcada, el cierre con cremallera o el pico del escote", nos explica Esther.
Definir el vestido de novia de Esther no es tan sencillo como podría parecer. Por un lado podríamos decir que se trata de una prenda clásica, algo que avala su corte, con falda de silueta A ligeramente modificada, que se adapta con suavidad a su cuerpo. Por otro, podríamos asegurar que es una prenda atemporal, de un blanco níveo, con manga larga sencilla. También que es un diseño minimalista, con poca ornamentación. Pero el escote asimétrico, el drapeado en el costado, el bies en chiffon de seda y los hombros estructurados nos invitan a pensar en una prenda con detalles especiales, que acarician la tendencia.
Igual que es difícil encajar en una sola palabra el diseño de de la novia lo es catalogar a Luis Berrendero. Pero Esther lo define de maravilla. "Luis es diferente al resto de diseñadores, le envuelve un aura muy especial y en su estudio huele a MODA en mayúsculas. Su concepto y búsqueda de la belleza y feminidad le hacen único. También, los infinitos detalles que convierten la prenda en diferente y especial. Elegí al diseñador antes de saber cómo sería el vestido. ¡Cuando le conocí supe que tenía que ser él!".
"Yo siempre digo que el proceso creativo es cosa de dos. Tienes que estar muy atento a las necesidades y gustos de tu clienta, haciendo que tu universo de creación y el suyo confluyan en un punto común de partida desde el que la pieza comience a crecer. Otorgo a las ideas el tiempo que necesiten para ser maduradas y aceptadas. Para mí es esencial sacarlas al patio a jugar entre ellas, conociéndose y a veces enfrentándose. Es la única manera de que crezcan y tú, como creador, de llegar a lo que realmente estás buscando. También cabe decir que en muchas ocasiones la serendipia tiene la culpa de todo", nos explica el diseñador cuando le preguntamos de qué manera surgió la idea de crear el vestido de Esther.
Juntos crearon un vestido que evolucionaba y es que, como nos explica la novia, no quería cambiarse de prenda, pero sí jugar con la que llevaba. "Luis lo consiguió a través de un bies en chiffon de seda con el que dibujamos diferentes escotes. Puedo decir que hubo tres momentos diferenciados; la entrada en la iglesia, la entrada al banquete y la entrega del ramo. Éste fue muy especial, ya que para darle el ramo a mi hermana me puse en el hombro una flor (tan de tendencia) como la que llevaba ella en su vestido. Fue un guiño muy especial", nos cuenta.
El toque final de su look nupcial
Hay novias que tienen muchas dudas sobre qué accesorios elegir para culminar su look. Por eso suele ser habitual que muchas de ellas pidan consejo a los creadores de su vestido. "En el caso de Esther en cada prueba íbamos puliendo detalles de pelo, zapatos, manicura... (sobre todo de cara al final). Muchas veces las decisiones más pasionales y acertadas son aquellas que se toman en el ocaso del proceso creativo porque están menos contaminadas y son más frescas. Además poseen el beneficio de una visión más global de lo que se quiere sobre el trabajo ya hecho", nos explica Luis.
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Esther llevó un maravilloso velo de tul que funcionaba perfectamente con el vestido. También tres joyas: una pulsera de su madre que su padre le regaló durante su luna de miel en Venecia, unos pendientes de joyería Yanes, regalo de sus suegros, y los zapatos, "una joya más", asegura la novia. "El modelo Gatsby de Aquazzura en vinilo, de nuevo en consenso con Luis. Eran perfectos para el vestido y fue amor a primera vista", nos explica la novia.
Un ramo lleno de significado
Muy especial fue también el ramo que Esther eligió para su gran día. Se trata de un diseño desestructurado, con predominio de los tonos verdes y compuesto por diferentes especies de helecho. Una creación muy llamativa con un significado muy especial para la novia. "Cuando conocí a Javier de Evoco Eventos y hablamos del ramo, mis palabras fueron: 'quiero llevar el ramo que me hubiera hecho de pequeña mientras paseaba por los prados asturianos', mis veranos de infancia fueron allí. No solo entendió mi idea, sino que además le añadió el toque de sofisticación que necesitaba", nos explica.
La historia de su 'match'
La historia de Esther e Íñigo es fruto de la magia de nuestros tiempos. Se conocieron a través de Tinder, pero no fue hasta un mes después de hacer match cuando empezaron a hablar. Fue en 2019 y desde el principio tuvieron claro que el otro era esa persona con la que querían compartir su vida. "De no haber existido el COVID posiblemente nos hubiéramos casado un par de años antes", asegura Esther.
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"Iñigo es más romántico y clásico que yo en este sentido. Tenía claro que quería una boda religiosa con celebración por todo lo alto. Me pidió matrimonio en un viaje a París, el destino no podía ser otro. Reservé esa ciudad para ir acompañada del hombre de mi vida… y además de ser así, me sorprendió con el anillo de pedida", nos cuenta la novia.
Pero lo que sin duda fue original fue la forma de elegir su fecha de boda. "Me llamaron para indicarme las opciones disponibles mientras estaba en la consulta de mi osteópata. Creo en las energías y seguí su consejo. David me dijo, 'el día 10/06 es una fecha muy especial para mí, ese día todo tiene que salir bien'. ¡Y así fue!".
Su 'sí, quiero'
Esther es madrileña, Íñigo de Bilbao, pero decidieron darse el 'sí, quiero' en Gijón, Asturias. "Siempre he estado muy unida a la tierrina y la llevo en mi corazón. Esta ha sido mi manera de rendir homenaje a mis abuelos, asturianos los dos, para los que mi hermana y yo somos sus neninas del alma", nos cuenta la novia.
El 10 de junio Esther e Íñigo se dieron el 'sí quiero' en San Pedro, una de las iglesias más representativas de la zona, ubicada en un extremo de la playa de San Lorenzo. La celebración posterior tuvo lugar en el Palacio de la Concepción, "una impresionante y colorida construcción rodeada de un gran jardín victoriano que dejó maravillados a nuestros invitados para los que el lugar era una sorpresa", nos explica.
Pero organizar una boda a distancia, llena de detalles, y sin contar con la ayuda de una wedding planner no fue nada fácil. "Contamos con el apoyo de Javier de Evoco Eventos, que nos ayudó con multitud de cosas, y desde su amplia experiencia, nos asesoró de la mejor manera. Hasta las bolsitas de arroz fueron especiales y muy comentadas. Él ha sido nuestro ángel de la guarda estos últimos meses. También tenemos que agradecer a Paco, Responsable del Palacio, la profesionalidad y cariño mostrado en todo momento".
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De aquel día Esther no es capaz de quedarse con un solo momento. Se emociona al recordar cuando abrió las puertas de la habitación del palacio en la que se cambió y encontrar a su padre esperándola; el beso que dio a sus abuelos al entrar en la iglesia; las cartas que leyeron su hermana y su prima… "Y, por supuesto, salir de la Iglesia del brazo de mi ya marido sorprendidos por las gaitas, con pétalos, arroz y el cariño de los nuestros".
Cuando le pedimos que dé un consejo a quienes, como ellos, darán pronto un paso más en su relación, no lo duda. "El proceso de organizar la boda es una prueba de fuego. Es importante que se reserven tiempo de calidad, cuiden y quieran 'durante' esos meses. Y que el día antes de la boda tengan una comida, cena o paseo a solas. La boda es fugaz y la luna de miel muy necesaria".
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