El proceso de elegir el vestido de novia no es sencillo. Aunque hay prometidas que tienen muy claro el tipo de prenda que buscan, lo más normal suele ser probar varios diseños y visitar muchas firmas antes de dar con el definitivo. Ese fue el caso de Marta, una novia granadina que encontró en Pronovias el look de sus sueños. Un vestido transformable con el que consiguió sorprender a sus invitados hasta en tres ocasiones.
"Tenía claro que quería un estilo sencillo, con un toque boho. Cuando vi mi vestido por primera vez fue amor a primera vista, tenía todo lo que siempre había buscado: sencillez y elegancia con un corte recto y el tan ansiado estilo boho con el que me siento identificada", nos explica la novia.
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Encontrar el vestido de novia
Aseguran los expertos que el vestido debe favorecer la figura de la novia que la lleva pero, sobre todo, encajar con su estilo y su personalidad. Algo con lo que coincide plenamente Marta. "Es fundamental no perder la esencia que te identifica, tener ese flechazo del que tanto te hablan al probarte el vestido de tus sueños y sentirte como una auténtica princesa y, por supuesto, tomar decisiones que sean totalmente tuyas, no dejarte influenciar por nadie, es tu día". Eso sí, nos cuenta que para ella fue fundamental contar con el apoyo de su madre y su hermana que la acompañaron durante toda la búsqueda.
Cuando Marta, al fin, se probó su vestido, experimentó esa sensación de la que hablan muchas novias y diseñadores. Se enamoró de un diseño de corte sencillo confeccionado en georgette ecológico y sostenible, con escote en pico, espalda cuadrada y cintura en punta que ayuda a estilizar la silueta. Pero una de las cosas que más le gustó, además de las mangas campesinas con detalles de encaje que daban un aire boho a la prenda, era que se podían desmontar, dando como resultado un vestido totalmente diferente.
"Quise tener tres cambios para los distintos momentos de la boda. En primer lugar el vestido con mangas para la iglesia y para la cena. A la hora del baile tenía claro que quería quitarle las mangas al vestido y quise darle un toque más romántico, así que busque una diseñadora que me diseñara y confeccionase un sobrevestido de tul, con cuello y mangas abullonadas. Para la fiesta quería algo más cómodo y ¿por qué no? ¡Más sexy y desenfadado! Así que opté por quitarme el sobrevestido y quedarme con el vestido de tirantes", nos cuenta.
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El poder de las tradiciones
Para completar su look Marta llevó un precioso velo con detalles de encaje de su cuñada, que es como una hermana para ella. Era su 'algo prestado'. Y es la granadina nos explica que le hacía una ilusión muy especial cumplir con esas tradiciones que rodean a la novia en su gran día. Su algo nuevo fue el vestido; su algo viejo una reliquia familiar, la pulsera que su abuelo le regaló a su abuela en su fiesta de pedida; en cuanto al algo azul, aunque su anillo de pedida tiene un zafiro, la novia también quiso que su ramo estuviera atado con una cinta de ese tono.
Todos los detalles del look nupcial
Una vez que el vestido está decidido los nervios no acaban. Al menos no para Marta. "La búsqueda de zapatos, que en mi caso no fue nada sencillo. Finalmente opté por unos tacones joya de la marca Lalebú en color rosa empolvado", nos cuenta. Un diseño de tacón alto, aunque cómodo, que luego cambió por unas alpargatas con una bonita y romántica lazada de gasa.
Lo que sí tuvo más claro fueron las joyas que la acompañarían. "Los pendientes de oro blanco y diamantes fueron un regalo de mis padres, quería que fuesen largos ya que siento que a mi forma de cara y al peinado que llevé les sentaban mejor. Mi suegra me regaló unos días antes de la boda una pulsera muy de mi estilo, no me la he quitado desde el día de la boda, de oro balnco con circonitas".
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Después de cerrar la fecha con la iglesia y el cortijo, Marta se puso en contacto con Beatriz Abad, quería que fuera la encargada de maquillarla. "Sigo su trabajo desde hace mucho tiempo y sabía que no me iba a defraudar. Quería un maquillaje sencillo resaltando mis facciones. La prueba de maquillaje fue muy fácil ya que a la primera acertó".
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"Para el peinado opté por mi peluquería de confianza, Elisabeth tiene muchos años de experiencia cumpliendo sueños de novias como yo, que no tenían del todo claro qué peinado podría quedarles mejor". El elegido fue una coleta ondulada muy especial, con la melena elegantemente recogida en la nuca, y decorada por una trenza fina. Añadió además un tocado de Pronovias de inspiración floral, de plata y pedrería.
Un ramo de novias de peonías y hortensias
Hay novias que quieren dar una nota de color a su look a través de las flores, y otras que buscan composiciones en tonalidades neutras que no llamen la atención. Marta quería que la decoración de su boda y su ramo fueran en blancos, verdes y rosa empolvado. "Desde el primer momento tuve mucho feeling con la florista que elegimos para nuestra boda. Captó a la perfección lo que buscaba para la decoración tanto de la iglesia como de mi ramo y los ramos que regalamos en la boda. Diseñamos mi ramo con peonías presidiendo, también pusimos hortensias y astilbe, todo esto es color blanco, con un toque de eucalipto, cerrándolo con un lazo azul y una medalla con un escapulario".
Su historia de amor
Marta y Jose se conocían desde hacía tiempo, pero nunca habían intimado. Al menos no hasta hace unos años. "La vida quiso que nos viéramos casi todas las semanas, ya que el novio de una de mis mejores amigas y él son buenos amigos. Cuando nos conocimos mejor, no volvimos a separarnos. Encontramos el uno en el otro lo que siempre habíamos buscado. Una persona con la que te sientes cien por cien tu, que quieres que te acompañe el resto de tu vida", nos cuenta ella. Y tras dos años de relación llegó el momento de dar un pasó más.
Un dos de abril, en París, frente a la Torre Eiffel, Jose decidiópedirle matrimonio. "Sin duda ha sido el momento más mágico de mi vida", recuerda emocionada Marta. Y añade que los dos tenían claro que querían dar el paso. "Antes de casarnos siempre fantaseamos de cómo sería el día, que detalles pondríamos incluso en qué sitios nos gustaría casarnos. Era algo que nos hacía especial ilusión a los dos. Para mi fué totalmente una sorpresa, Jose decidió que era el momento perfecto, y no se equivocaba".
El gran día
El 20 de mayo de 2023 Marta y Jose se dieron el 'sí, quiero' en la Iglesia de Santo Domingo, en Granada, un templo ubicado en el antiguo barrio del Realejo, ubicado en el casco histórico de la ciudad. La celebración fue en el Cortijo de Enmedio, "un lugar de ensueño en la Vega de Granada que resalta el toque andaluz que queríamos", apunta la novia.
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Los novios fueron los encargados de organizar todos los pormenores para que aquel día todo saliera como habían imaginado. "Siempre recordaré la época previa a la boda de organización con mucha ilusión. Buscamos hasta el último detalle. Fué un trabajo duro, sin duda, pero que se vive con tanta ilusión que se lleva de otra forma", nos cuenta Marta. Eso sí, contaron con la ayuda de María, una persona del cortijo que los acompañó durante todo el camino.
Siempre nos gusta preguntar a nuestras novias por los momentos más emotivos de su enlace o, si tuvieran que quedarse solo con una cosa, con qué sería. Marta nos cuenta que para ella lo más especial fue compartirlo con su familia y sus amigos. "Organizar la boda con ilusión y cariño para tu futuro marido y para ti, pero por supuesto también para que tus invitados disfruten desde el primer momento. Jose y yo somos personas muy cercanas a nuestros amigos y muy familiares, por ello los involucramos mucho en la boda, hicimos muchos detalles para ellos, como regalos personalizados o entrega de ramos. Compartir la boda con todos nuestros invitados fué muy emotivo".
Por último, Marta quiere hacer una mención especial a la fotógrafa de su boda, Violetta Turatti. "Pienso que dar con un buen fotógrafo es de las cosas más importantes a la hora de organizar una boda. Van a plasmar para la eternidad lo que fué ese día tan especial para los novios y sin duda Violetta lo hizo a la perfección. Cuando vi su trabajo, sabía que era ella, no dudé ni un segundo. Sabe captar con su cámara a la perfección cada uno de los momentos importantes, las emociones, las miradas… Gracias a ella podemos volver a revivir nuestra boda de inicio a fin una y otra vez. Es una persona con mucha luz, que hizo que ese día fuese más especial aún si cabe".
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