Para Candelaria lo suyo no fue amor a primera vista: “¡Fue mucho mejor!”, nos confiesa. “Fui descubriendo, con el tiempo, una persona que me quería querer, y con la que podía compartirlo todo. Lo que más me gustaba de él era que me hacía reír todo el tiempo”. Iñigo y Candelaria se casaron en Sevilla, en San Felipe Neri, una iglesia con un significado muy especial. Candelaria eligió un diseño cuajado en encaje de Sofia Delgado: “Mi suegra tiene un ojo exquisito y, en la primera visita, vio una pieza muy especial vintage que encontró Sofia en un anticuario. El vestido se confeccionó con piezas de un encaje de cintas antiguo de finales del siglo XIX, toda una joya hecha a mano”. Candelaria no podía estar más guapa y gran parte de ‘culpa’ la tuvo lo especial que se sintió: “En nuestra boda no me pude sentir más querida y afortunada, gracias a la compañía de toda nuestra familia, nuestro pilar fundamental, y seres queridos.”