Elegir el vestido de novia no es fácil. Hay prometidas que saben muy bien lo que buscan, otras que se sienten perdidas y quienes tienen en su mente (y en un álbum de su móvil) un batiburrillo de ideas. Por eso es fácil cometer errores que pueden empañar el resultado y no hacer que la novia brille, como debería, en su gran día. Para que no te pase y en tu boda lleves el vestido de tus sueños, hemos recopilado los fallos más frecuentes que deberías tratar de esquivar.
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1. Elegir un diseñador con el que no tengas 'feeling'
Si has pensado hacerte un vestido a medida es fundamental que elijas bien qué diseñador se va a encargar de crearlo. Es importante que no solo te enamoren sus diseños, sino que tengas feeling con él. Un buen entendimiento es clave para que el resultado sea un éxito y ambos disfrutéis del proceso creativo. Piensa que son muchas pruebas, momentos de nervios, inseguridades… y tener al lado a un profesional con el que te sientes cómoda y en el que confíes hará que todo sea diferente.
2. No ir con la mente abierta
Hay novias que no tienen claro lo que buscan y otras que, por el contrario, tienen una idea muy definida y no admiten ningún tipo de desviación. Aunque los gustos y la personalidad de la chica deban prevalecer, es importante ir a buscar el vestido con la mente abierta, probar siluetas que no entraban en tus planes en un primer momento o jugar con algún detalle que nunca habías imaginado. Muchas veces las novias se acaban sorprendiendo.
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3. No dejar de buscar inspiración
Si te has sumergido ya en la búsqueda de tu vestido de novia es muy probable que cada vez que entres en tus perfiles de redes sociales, tu feed esté salpicado de vestidos blancos. Pero si ya tienes claro quién será tu diseñador o en qué firma confiarás para el gran día, deja de mirarlos. Cuanta más inspiración tengas una vez tomada la decisión, peor. Con esto solo conseguirás tener una y mil dudas e inseguridades con tu elección. Y, recuerda, el instinto y ese primer sentimiento, hay que respetarlo.
4. No dejarse aconsejar
Conoces tu cuerpo y tus gustos, sabes tus puntos fuertes y aquellas cosas que quieres potenciar menos, pero eso no significa que tengas claro, al cien por cien, la prenda que más te favorece. Confía en el diseñador o en la persona que te atienda si apuestas por un vestido de colección, sin perder tu punto de vista. Están formados para conocer los patrones y tejidos que mejor funcionan en cada caso y su trabajo es que cada novia que los elija se vaya guapa y muy feliz.
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5. No seguir tu instinto
Muchos expertos aseguran que cuando una novia está ante su vestido siente un pálpito especial. Pero con el paso de las semanas es posible que ese sentimiento se vaya diluyendo. Organizar una boda puede resultar un trabajo estresante y escuchar las opiniones de todas las personas que hay a tu alrededor sobre cómo debería ser el vestido de tus sueños tampoco ayuda. Por eso, sigue este consejo que Rosa Clará compartió con nosotras: "A las novias les diría que sigan su instinto. Las novias de hoy están muy bien informadas gracias a internet y vienen a las tiendas con una idea clara de lo que quieren. Queremos que sientan que son ellas mismas y que se sientan cómodas con el vestido que elijan. Que no se dejen influenciar".
6. Ir acompañada por demasiadas personas
Hay diseñadores que aconsejan a la novia que vaya sola a la primera entrevista o, si acude acompañada, que lo haga de una persona que la conozca realmente bien y sepa respetarla. En muchos casos, con la mejor de las intenciones, los acompañantes imponen sus opiniones y no dejan que la novia se sienta con toda la libertad que debería para expresarse y explica lo que realmente quiere.
7. No acertar con los tiempos
Si quieres un vestido de novia a medida deberías emprender la búsqueda del diseñador con un año de antelación. Eso no significa que en ese momento vayas a empezar con las pruebas (se suelen demorar), pero es importante para asegurar que tu preferido no tiene la agenda cerrada. Si por el contrario has elegido un modelo de colección, lo mejor es visitar las firmas nueve meses antes para que tengan tiempo de tomar medidas y hacer todas las modificaciones necesarias. Aunque algunas novias han conseguido sus vestidos con poco tiempo, es preferible seguir estas pautas para no llevarte ninguna sorpresa.
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8. Elegir una prenda muy de tendencia
Una cosa es incluir un detalle de tendencia -mangas abullonadas, una lazada, una capa de gasa…- y otra muy distinta apostar por un diseño muy temporal. La mayoría de novias (y diseñadores) prefieren prendas que puedan perdurar a lo largo del tiempo y que, cuando las veas dentro de muchos años, te reconozcas en ellas. Eso no significa que deban ser aburridas o demasiado sencillas, si no equilibradas. Pueden y deben tener detalles de tendencia, pero siempre respetando el estilo y la personalidad de la novia.
9. Tener miedo a parecer una novia
Muchas prometidas tienen miedo a verse disfrazadas el día de su boda. Para evitarlo apuestan por vestidos demasiado sencillos, sin detalles que los hagan especiales. Ese motivo lleva a muchas novias que iban a prescindir del velo a incluirlo en la última prueba, para sentirse más especiales. Aunque este elemento puede ser una buena solución, no hay que tener miedo de añadir otros detalles muy de novia en los vestidos sencillos -una lazada, un encaje bonito y minimalista...-. Pide consejo a tu diseñador y acertarás.
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10. No elegir tejidos de calidad
Un vestido de invitada con un tejido de poca calidad se puede tratar de disimular con complementos muy llamativos y especiales, pero no en uno de novia. Igual de importante (o más) que el diseño es un buen patrón, un buen corte y un buen tejido. De ellos depende que la prenda siente de maravilla, favorezca a la novia en todo momento y no haya ningún percance; sobre todo si se trata de una prenda sencilla y con pocos adornos. Y es que, como nos han explicado muchos diseñadores, los tejidos blancos son muy indiscretos y la calidad salta a la vista, incluso para quien entiende poco del tema.
11. No pensar en conjunto
Cuando una novia piensa en su look nupcial muchas veces solo tiene en cuenta el vestido, pero se olvida de pensar en otros detalles como el peinado, el maquillaje o los accesorios. Aunque parezca que estos no son determinantes para la elección del vestido, en realidad sí. Si, por ejemplo, una prometida no se ve con el pelo recogido, es mejor no elegir un diseño con escote a la espalda, pasará desapercibido; si tiene claro que quiere llevar un gran tocado, deberá compensar con un vestido más sencillo; o si quiere que una joya familiar quede bien integrada, deberá tenerla presente a la hora de buscar su look.