Alejandra, la novia valenciana de las mangas especiales que convirtió una colcha en chaleco

En casa de su abuela encontró una pieza de croché que fue protagonista en su look

8 de abril de 2023 - 11:50 CEST8 abr 2023 - 11:50 CEST

A diferencia de las invitadas que quieren poner una nota atrevida a sus looks, mediante colores, estampados y accesorios especiales, la mayor parte de las novias prefieren ser fieles a su estilo, esos códigos estéticos a los que están habituadas. Esta visión estuvo muy presente en el estilismo nupcial de Alejandra, una recién casada que no para de acumular ‘me gustas’ en las redes por su vestido tan especial. “Aunque sea muy tópico, creo que los más importante a la hora de dar con un diseño nupcial, es sentirse una misma y sobre todo cómoda. Considero que no es un día para arriesgar mucho”, nos cuenta ella misma.

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Un vestido de novia especial

Y es que en su gran día, Alejandra o ‘Ale’ para sus conocidos, apostó por un vestido a medida de Aleste Atelier con detalles tendencia y con una historia para el recuerdo. Todo empezó en su propia familia: “lo primero que hice fue ir a buscar a casa de mi abuela telas y materiales que tuviera guardados de su madre y ahí es donde encontré una preciosa colcha estilo croché, de mi bisabuela materna, con la que decidí que haría mi chaleco”. Esta pieza fue el centro de su look y, a partir de ella giraron el resto de elementos. Escogió un escote semipico y espalda trapecio, para dar protagonismo a las mangas.

“Al llevar ese chaleco, el vestido tendría que ser muy básico, por lo que así lo hice, pero tenía que buscar darle un toque para cuando me lo quitara, así que pensé en las mangas. Decidí que ese estilo de ‘globitos’ me pegaba mucho y podía quedar muy bien. Tenía muchas ideas, pero al final con ayuda de mi madre, hermanas y mis amigas, me pude decidir con el vestido”, explica.

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Un acierto, en líneas modernas y sencillas, que tuvo claro desde el principio: “la idea del vestido la tuve muy clara en el primer momento. Sabía que quería algo sencillo, pero con un toque personal. Además, solo quería un vestido, pero que se pudiera desmontar; de ahí lo del chaleco. Sabía que quería cola para la ceremonia, pero luego para el banquete y fiesta algo cómodo”.

Accesorios que suman

Para completar su acertado estilismo, Alejandra se decantó por accesorios con notas románticas y bohemias. Unos zapatos con plataforma, estilo alpargata, de Castañer y con margaritas a juego con el ramo diseñado para su look fueron el calzado elegido. ¿Y la joya con más significado? Ella nos lo explica: “diseñé mis pendientes cogiendo unos pendientes de mi abuela materna y otros de mi abuela paterna, eran del mismo estilo y los pude mezclar. Al final quedaron unos pendientes preciosos y llevaba un poquito de las dos en ese día tan especial”.

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En línea con la delicadeza y romanticismo del vestido, el ramo de novia de ‘Ale’ jugaba con las flores silvestres más bonitas, obra de Flores Vendrell. "Quería un ramo rústico en el que la flor principal fuera la margarita y así fue. Con margaritas, mucho verde y la cuerda de rafia para atarlo. Le añadí la cinta de la Virgen del Pilar, porque soy profesora en el colegio de El Pilar de Valencia y me hacía mucha ilusión, era de color azul, por llevar ese ‘algo azul’. Lo complementé con la medalla de la Virgen de los Desamparados”, desvela.

Un peinado original

Aunque los moños y las coletas están a la orden del día, para completar su look Alejandra optó por una propuesta diferente. “Tuve la suerte de contar con dos súper profesionales, para el maquillaje y la peluquería, que captaron mi idea desde el primer momento”, apunta. Y continúa: “Raúl Castaño supo maquillarme muy sencilla y natural que es lo que buscaba. Es una persona diez y cercana que me tranquilizó mucho en los momentos de preparación. Y, con el peinado conté con Claudia de Bigudies que acertó desde el primer momento con el tipo de recogido que quería para ese día y lo que pegaba con mi vestido, todo con trenzas. Ella es encantadora y divertida, disfruté mucho en las pruebas”.

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Una boda de verano

Su estilismo era perfecto para una boda de verano, como la que celebraron. La pareja se casó el 24 de septiembre de 2022 en un enlace de tarde. Su ceremonia religiosa tuvo lugar en el Monasterio Santa María del Puig, en Valencia y la celebración en Masía Xamandreu. “Nos encantaba a los dos”, confiesa Alejandra. Un gran día que llegó tras una romántica petición de matrimonio por parte de Álvaro, su ya marido: “llevábamos cuatro años de noviazgo y me lo pidió en Santorini en agosto de 2021, por ello todas las mesas del banquete tenían el nombre de una isla griega. Además, nuestro ‘logo’ en la boda fue The A team".

Cuando preguntamos a Alejandra cómo ha sido el proceso de organización de su boda, ella confiesa que ha sido una experiencia divertida. “Aunque un poco agobiante al principio, ya que era un año de bodas muy demandado. Tuvimos la suerte de contar con todos los proveedores que quisimos. Lo organizamos nosotros, me ayudaron mucho mis hermanas y amigas”, señala.

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“Lo único que creo que tuvimos que modificar, quizá, fue hacer el banquete dentro en lugar de fuera por previsión de lluvia…Y luego no llovió. El resto, salió mejor de lo que me esperaba”.

Decoración rústica

Para la decoración de su gran día, los novios contaron con Toni, de Flores Vendrell, que supo captar su idea y aportar claridad ante las dudas. Para Alejandra era muy importante que la decoración teletransportara a los invitados a una celebración de estilo rústico. “Estuve muy empeñada con el tema de una boda rústica, el vichy, y las margaritas y así lo plasmamos. Nuestras invitaciones llevaban un estampado vichy verde botella, por lo que los manteles del banquete eran del mismo tono. Los centros llevaban margaritas y limones. Todo en la misma armonía".

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Entre las vivencias y anécdotas de su enlace, nuestra protagonista destaca tres. “Fue una boda muy divertida, pusimos capitanes en las mesas del banquete con una canción asignada y cada vez que sonase durante la cena, tenían que hacer un baile. Cuando sonó Quédate toda la boda (al completo) se puso alrededor de nuestra mesa a cantarla y bailarla, fue un momento increíble”.

“Por otro lado, sorpresas también tuve. Mis amigas me trajeron a unos mariachis con los que bailamos las canciones de Pasión de Gavilanes y Café con aroma de mujer, que tanto nos gustan. Y, la guinda del pastel, fue después de nuestro baile, cuando Álvaro, sin previo aviso, trajo a Pol 3.14. Me quedé sin palabras, imaginaos mi cara, no daba crédito”.

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A Alejandra le cuesta elegir lo más especial de un día inolvidable. “La verdad que todo me marcó. Fue un día increíble, pero, si me tengo que quedar con algo, sería con la entrada a la Iglesia del brazo de mi padre y con Álvaro esperando en el altar”. Y a los novios que se casan en los próximos meses les desea que disfruten mucho del proceso, porque pasa muy rápido y: “que no le den muchas vueltas a las cosas, porque al final lo importante es disfrutar ese día con tu familia y amigos”.