En enlace se celebró el pasado fin de semana en la Basílica del Cercado de Lima, pero no ha sido hasta ahora que han salido a la luz las imágenes de la boda de Josefina Vargas Llosay el ingeniero mexicano Emiliano Camarena. Y con ellas se ha desvelado el que es el secreto mejor guardado en todas las ceremonias, más aún en esta: el look que ha llevado la novia. La nieta de Mario Vargas Llosa se decantaba por una de las tendencias favoritas entre las veinteañeras, apostando por unvestido de mangas largas semitransparentes. La joven de 27 años escogía una espectacular pieza de corte clásico inspirada en los modelos que en su día lucieron royals como Kate Middleton o Alessandra de Osma.
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La protagonista de la velada recorrió las calles de la capital peruana de la mano de su padre, ante un aluvión de personas que no quisieron perderse de cerca su vestido. De silueta 'A', se trataba de un diseño con una gran falda satinada de pliegues que se amoldaba a la cintura con un fajín drapeado. La parte de arriba, más ajustada, estaba formada por una pieza bordada con transparencias que culminaba en un cuello chimenea con abertura.
Pero sin duda lo que más destacaba era la cola del vestido, tan larga como el velo con el que coronó el peinado que lució, un clásico moño bajo de bailarina. A las puertas de la basílica, Josefina posaba dejando apreciar la espalda de su diseño, plagado de detalles florales bordados. Gracias a los vídeos que algunos familiares y amigos de la novia han compartido en redes sociales, hemos sabido también que se trataba de un diseño desmontable. Y es que la voluminosa falda se extraía para dejar debajo un vestido recto mucho más cómodo para el posterior baile.
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La noche anterior al enlace, la pareja quiso celebrar una fiesta de preboda a la que también acudieron algunos de los asistentes al enlace. Fue entonces cuando Josefina sorprendió con un diseño totalmente diferente al que le esperaba para dar el 'sí, quiero'. Más acorde a la temática festiva, la joven eligió un bonito vestido de corte sirena y escote en forma de corazón. Un modelo ceñido y repleto de pedrería que acompañó con los zapatos azules más icónicos de Manolo Blahnik.