Suele ser habitual que en los desfiles de Alta Costura de París los diseñadores cierren sus propuestas con un look nupcial. Vestidos de ensueño con los que Chanel, Jean Paul Gaultier o Valentino hacen soñar a las novias y marcan, en cierto modo, las tendencias que después veremos en las colecciones bridal. Algo con lo que, desde hace años, se atreveTeresa Helbig. "Me gusta cerrar con una novia porque me recuerda a los desfiles de antaño y, de alguna forma, ponemos en valor ese broche final a la historia de amor que resulta presentar una colección con un vestido de novia maravilloso", asegura la diseñadora.
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Este año Ana Bolena es el eje de la colección que la diseñadora ha presentado en Fashion Week Madrid. "Ana Bolena nació en 1501 en Reino Unido en el seno de una familia aristócrata. Podría decirse que fue el mayor icono de la moda inglesa de principios del siglo XVI", explica la diseñadora. Teresa nos explica que, para ella, Ana Bolena es una mujer Helbig en toda regla: fuerte, inteligente, con carácter y con esa valentía que le permitió hacer las cosas a su manera.
"Además, fue la mujer que dio a luz a Isabel I, quien llevó a Inglaterra a su edad dorada. Este último hecho nos llamó especialmente la atención porque la Reina Virgen (Isabel I) nació sin saber que iba a convertirse en una de las líderes del momento ni que resultaría ser una de las mujeres más independientes, inteligentes y carismáticas de nuestra historia. Y, sin ningún tipo de pretensión y contra todo pronóstico, Ana dejó al mundo una herencia que jamás podría haber imaginado que, de alguna forma, empezó a sembrar las bases de una sororidad que late fuertísimo a día de hoy y un empoderamiento femenino a prueba de bombas", apunta.
Aunque su figura se convierte en el eje principal de la colección, Ana Bolena se hace especialmente presente en el último de los diseños: un vestido de novia que, en realidad, encierra mucho más. Teresa nos explica que se trata de una reproducción de un diseño de Petite Helbig, en versión adulta, que la creativa hizo para su hija Zinash. Es un vestido confeccionado en piqué de algodón bordeado con puntillas de algodón con piezas verticales creando un cuerpo encorsetado y una falda con pliegues con un ligero volumen que se abrocha por la espada con cintas de algodón. "Una verdadera exquisitez que reivindica el poder de la sororidad, la atemporalidad y las voces que dejan huella", nos cuenta Teresa. Y con el que, como los grandes de la Alta Costura, ha cerrado sus propuestas para el próximo otoño-invierno.