Las flores cuentan historias a través de sus pétalos y delicados aromas repletos de simbología. No es casualidad que siempre estén presentes en los momentos más decisivos de nuestras vidas. “Las flores, más que un complemento, son algo imprescindible en bodas y en cualquier ocasión especial. Llenan espacios y crean sensaciones”, afirman David Henríquez y Antonio Rodríguez, creadores de Floreale. “Las novias, por un lado, pueden complementar su look con un tocado y, por el otro, su ramo debe convivir con el vestido. Es importante la correlación entre ambos, pues tiene que existir un equilibrio”, añaden los expertos. En estas líneas, repasamos algunos de los complementos florales más emblemáticos y a su célebres protagonistas. Porque en una boda nunca se deja nada al azar yflores novuas mucho menos cuando de botánica se trata...
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Ramos con mensaje
Un bouquet de rosas blancas directamente extraídas de Australia, su tierra natal, coronaron el de Mary Donaldson en su boda con el heredero al trono de Dinamarca. Kate Middleton rindió homenaje a la Familia Real británica con un ramo de lirios (símbolo de la vuelta a la felicidad), jacinto (constancia y amor), hiedra (fidelidad y amistad) y mirto (emblema del matrimonio). Letizia Ortiz fue acompañada por rosas isabelinas, iris y lirios, flores ligadas históricamente a la dinastía de los Borbones.
Versátiles complementos
“Lo que tiene que primar por encima de todo es la personalidad de la novia y su estilo. Como fue el caso de Elizabeth Taylor, que refleja su personalidad suntuosa”, aconsejan nuestros expertos floristas. Por su parte, Lauren Bacall se casó, con un espléndido traje de chaqueta, con Humphrey Bogart y ambos decidieron llevar un adorno floral en la solapa como símbolo de su eterna complicidad.
Espacios únicos
“En cuanto a los espacios, es fundamental que conviva y se armonice con la arquitectura y decoración del lugar donde se va a celebrar, siempre buscando un efecto ‘wow’”, nos cuentan David y Antonio. “La decoración de la entrada a la iglesia es la primera impresión y es el inicio del camino de esta experiencia. Originariamente, las decoraciones en las entradas eran símbolo de abundancia y alegría de la vida; en la de Harry y Meghan fue tan impactante que aún lo recordamos”, concluyen.
Pequeñas protagonistas
Utilizar las flores a modo de broche o enredadas en el pelo, como veíamos en los anteriores ejemplos con Lauren Bacall y Elizabeth Taylor, es un recurso exótico y muy especial que no solo está reservado para las novias, también para las pequeñas damitas de honor. Tal fue el caso de la princesa Charlotte en la boda de Harry y Meghan. La hija de los príncipes de Gales lució una diademita de flores naturales a juego con su vestido blanco de satén. Las rosas blancas simbolizan la pureza y la inocencia, que en este caso se eligieron en tamaño ‘mini’, acordes a la edad de nuestra pequeña y simpática protagonista, que, por entonces, tenía 3 años recién cumplidos.