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La historia de Inés, la novia sevillana del look de corte imperio y la diadema familiar

Los novios se casaron en la capilla de la Real Maestranza de Sevilla el pasado mes de junio


Actualizado 5 de octubre de 2022 - 13:25 CEST

Para que un vestido de novia se convierta en todo un fenómeno, hay un conjunto de factores que pueden coincidir, pero quizá el más importante depende de la firma o diseñador que lo confecciona. Lejos de lo que pueda pensarse, hay looks impresionantes en los que la protagonista apenas ha participado o que se han concebido de cero incluso cuando ella no tenía claro lo que quería, con los que un profesional ha sabido mostrar la personalidad de la prometida sin contar con muchos datos. Esto le sucedió a Inés, quien dio el ‘sí, quiero’ el pasado 25 de junio en Sevilla con un vestido de novia de corte imperio, silueta recta, capa y manga corta que nació en el atelier de Manuel Obando y que ha sorprendido por ser muy poco previsible.

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Boda en Sevilla© Inés. Foto: Molina y Royo
"Celebramos nuestra boda el sábado 25 de junio. Realmente no fue una fecha muy pensada, pero yo tengo una academia de inglés y de esa manera, con menos carga de trabajo por el fin de curso, irme de viaje no suponía mucho descuadre. Después nos dimos cuenta de que ese día era el más largo del año y nos pareció curioso". - Las tendencias en decoración de bodas que enamoran a las 'wedding planners'

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Una novia diferente

“No tenía nada en claro, solo que quería algo sencillo con mangas cortas y que fuera totalmente atemporal”, nos cuenta ella misma. En un primer momento, Inés no sabía quién podría dar forma al estilismo, por eso fue a visitar diferentes espacios. “Hasta que llegué a Manuel Obando. En cuanto me hizo el primer boceto con las ideas que se nos iban viniendo a la cabeza, lo tuve claro: era él”. Y de ahí surgió una propuesta con gran personalidad, confeccionada en dos tejidos diferentes, que sus amigas y familiares supieron alabar y en la que reconocieron perfectamente la propia esencia de la novia.

“El cuerpo y la cola desmontable, que salía del escote de la espalda, eran de una seda preciosa con la que pudo montar mis soñadas mangas con cuerpo y volumen. La falda estaba diseñada en crepé del mismo tono. El escote cuadrado fue lo último que decidí y creo que para el tipo de vestido que llevaba, acertamos de pleno. Sin quererlo fue un poco siglo XIX, pero actual”, reconoce nuestra protagonista.

© Inés. Foto: Molina y Royo
"La preparación de la boda fue un poco caótica, ya que Ricardo vive en Cataluña y (el pobre) poco podía hacer desde allí. Yo, por mi lado, sin mi madre no hubiera podido tener nada atado ni organizado, ha sido mi salvadora. Yo tenía muchísimo trabajo y ella es la que ha lidiado con prácticamente con todo: desde llamar a proveedores hasta ir in situ mil veces al florista. Soy la pequeña de cuatro hermanos ( con mucha diferencia de edad 18, 16 y 12 respectivamente), así que mi madre tenía ya bastante experiencia en gestionar una boda". - Las dos bodas sostenibles de la presentadora Laura Madrueño: en alta mar y en pleno campo

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Accesorios joya

A juego con un vestido inesperado e inolvidable, debía haber unos accesorios que completaran y transformaran el estilismo en una experiencia para quien lo viera. Ella lo logró con un ramo pequeño con gran presencia de verde, elaborado con ramas de eucalipto, rosas pequeñas y paniculata blanca y malva. “Llevé una diadema de brillantes que pertenecía a mi tatarabuela y que ha ido pasando de generación en generación hasta mi padre. Es la misma que llevaron mi hermana y madre en sus bodas”, desvela Inés. 

© Inés. Foto: Molina y Royo
"La cena fue tipo cóctel, es algo en lo que coincidimos rapidísimo Ricardo, mi ya marido, y yo y tuvo lugar en los salones de la Casa de la Real Maestranza (comodísimo para los invitados, ya que desde la capilla solo tuvieron que subir unas escaleras hacia los salones), de esta manera podíamos disfrutar de cenar y charlar con todos nuestros amigos y familiares. Y, debido a que la barra libre la hicimos en otro lado, en el Real Club Pineda y no queríamos que la cena se eternizara, pudimos estar con todos y a las 00:30 horas ya estábamos rumbo en autobuses contratados al Club hasta las ‘seis y pico’ de la mañana, sin parar de bailar". - Decora la entrada de la iglesia con estos bonitos arreglos florales

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La joya captaba toda la atención y se complementaba con un velo con historia, de su madre: “mi hermana decidió ponerse mantilla, pero yo tenía claro que quería ir velada. Era precioso, con incrustaciones de cuentas en los remates y en cuanto lo vio Manolo, mi diseñador, me dijo que no dudara más”. Por si no fuera suficiente, la guinda del pastel la pusieron unos pendientes familiares largos y con zafiros: “tenía otra opción, pero hasta que no estuve vestida, peinada y maquillada no me decidí”.

© Inés. Foto: Molina y Royo
"Es indispensable que cuando se escoja el vestido de novia lo veas como eso, un vestido de novia y no un disfraz. Todo lo demás, para gustos los colores. Creo que es súper importante también que cuando te vean con él digan: 'guau' es totalmente tuyo. Todas mis amigas coincidieron cuando me vieron en que no podía ir más fiel a mi estilo y totalmente acorde a mi personalidad". - Guía fácil sobre iluminación de boda: las mejores opciones para interior y exterior

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Look de belleza fresco

Precisamente su peinado y maquillaje mutaron en la barra libre, al igual que su look, dado que prescindió de la cola, el velo y la diadema y se colocó unas flores secas en color blanco sobre el moño. Un recogido que creó su peluquera de confianza, la que siempre la ha acompañado en su día a día. “No era ninguna que estuviera de moda o de la que me hubieran hablado. Creo que es importante estar segura ese día, dado que los nervios pueden jugarte malas pasadas y qué mejor que estar en manos de alguien que te conoce”, aconseja. Y su moño de bailarina fue todo un éxito, al igual que el maquillaje en tonos claros, con sombras rosas y malvas que lució, que no tuvo que retocar en el día: “conté con una de las maquilladoras oficiales de Dior aquí en Sevilla. La conocí y me encantó”.

© Inés. Foto: Molina y Royo
"Ricardo quería inicialmente en la barra libre unas pizzas de una conocida cadena de comida rápida, que finalmente no pudo hacerse debido a la política del catering donde tuvo lugar la barra libre. Para compensar servimos mini perritos calientes, mini hamburguesas, mini pizzas y churros con chocolate, para que todo el mundo acabara saciado". - Todos los estilos y tendencias en tartas de boda que te encantarán

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En La Maestranza

El look no fue lo único que destacó, hubo más elementos que sus invitados guardan en su retina. Tal vez el primero y más destacado de ellos fue el lugar escogido para la boda. “La ceremonia religiosa tuvo lugar en la capilla de Nuestra Señora del Rosario que pertenece a la Real Maestranza de Caballería, a las 20:00 horas, ya que teníamos miedo de que fuera un día ‘asador’”, confiesa. Fue en este mismo lugar donde los invitados disfrutaron del convite, tipo cóctel: “fue en los salones de la Casa de la Real Maestranza (comodísimo para los invitados, ya que desde la capilla solo tuvieron que subir unas escaleras hacia los salones)”, con el fin de darles las mayores facilidades. 

La sorpresa llegó en la barra libre: “la hicimos en otro lado, en el Real Club Pineda y no queríamos que la cena se eternizara. A las 00:30 horas ya estábamos rumbo al club en los autobuses contratados, hasta las ‘seis y pico’ de la mañana, sin parar de bailar”. A pesar de ser una fórmula poco habitual, la pareja acertó de lleno gracias a la inestimable ayuda de la madre de la novia y a grandes proveedores. “El catering fue Miguel Ángel, muy conocido en Sevilla, con el que sabíamos que es imposible fallar y que, además, mis padres conocen desde hace más de 20 años. Contar con ellos era apuesta segura”, apunta.

© Inés. Foto: Molina y Royo
"Sin lugar a dudas, lo más especial para mí fue la ceremonia religiosa oficiada por Don Ignacio Jiménez Sanchez-Dalp, un cura amigo de la familia, supo que decir y como decirlo de la manera más emotiva, casi todos los invitados nos dejaron saber que había sido de las ceremonias más especiales en las que habían estado, también ayudó el magnífico coro que tuvimos de Entreolivos que interpretaron las canciones de manera excepcional". - Noemí, la novia viral del lazo en la espalda que se casó entre Galicia y Portugal

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Decoración floral

Los novios reconocen que han sido realmente privilegiados de poder celebrar su enlace en una localización de ensueño, del siglo XIX. El enclave lo decoraron en verde y blanco para la ceremonia y con color para la posterior celebración. “Conté con la ayuda de un florista encantador, Eusebio, que nos lo puso todo fácil y con muchísimo cariño. Además, tiene su taller al lado de mi casa, Floristería El Porvenir y, debido a mi falta de tiempo, tener un proveedor cerca me resultó lo mejor. Yo quería todo muy verde y blanco para la ceremonia con nardos, paniculata blanca y eucalipto. En los salones, escogimos mucho color: cada mesa tenía el mismo tipo de flor: alstroemerias o lirio de Perú con distintos colores, quedó ideal. En Pineda, donde tuvo lugar la barra libre, el exterior lo decoraron con flores en mesas y guirnaldas de luces”, nos descubre Inés.

© Inés. Foto: Molina y Royo
"El dj fue un regalo de los mejores amigos de Ricardo y hasta casi el último día no teníamos claro quién sería. Fue todo un acierto, animado, simpático y divertido. En el escenario, encima de la mesa de mezclas, colocaron una televisión en la que podías mandar fotos desde tu móvil y las enseñaban durante minutos. La gente acabó subiendo algunas que hicieron llorar de risa a muchos invitados (fue un peligro). La empresa era Event Sounds y no la puedo recomendar más. El súper dj: William Segundo que es residente en varias discotecas de Sevilla". - Los djs españoles de boda más solicitados de los que todo el mundo habla

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Con esos pequeños detalles, como la decoración medida, la ceremonia estudiada y los proveedores locales, Inés y Ricardo parecían querer regresar a los enlaces del pasado: esos que se hacían sin pretensiones, con el único objetivo de disfrutar de amigos y familia. Y este mensaje es precisamente el que Inés envía a los que se casen próximamente: “que disfruten con la preparación de todos los detalles, que, a veces, menos es más. Abogo por las bodas clásicas sin mucho más que buena comida, buena música y rodearte de los que te quieren”. Porque esa fórmula ni falla ni defrauda.

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