Llegó por fin el día con el que tanto soñaba y que llevaba preparando con mucho cariño desde hace meses. Silvia Zamora, conocida en el mundo de las redes sociales como ‘Lady Addict’ , celebró el pasado sábado 10 de septiembre su boda, con la que comienza un nuevo capítulo de su historia de amor con Rafael Sánchez, piloto de aerolíneas con quien lleva más de dos años de noviazgo.
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Desde hace varios días, había una gran expectación en Instagram en torno a cómo sería su vestido de novia … y no ha defraudado. Silvia es una de las prescriptoras de tendencias más veteranas del mundo influencer, con una legión de seguidores que roza con 400.000, y para su ‘sí, quiero’ ha sido fiel a su estilo, no solo una, sino dos veces, ya que lució dos diseños nupciales de los que hemos hablado con ella y analizamos al detalle.
Ambos han sido obra de Alessandra Rinaudo, directora artística de Pronovias. El primero de ellos era de silueta sirena y talle imperio, para el que se han empleado 110 horas de confección y 60 horas de modelaje, rematado por una tira de pedrería que otorga protagonismo al escote, con pequeño drapeado en forma de ‘V’. Está confeccionado en crepe italiano, destacando en la cola, de 1,90 metros, un lazo de organza de seda con grandes lazadas a modo sobrefalda.
Un diseño con el que se sentía ella y que tuvo muy claro desde el principio cómo quería que fuera. “Envié algunas propuestas de inspiración a Alessandra Rinaudo y en el primer fitting, en Barcelona, los dejé sorprendidos porque no dudé. El primero que me probé, era mi vestido”, nos dice.
Respecto a si ha seguido con las tradiciones de llevar algo prestado, algo nuevo y algo azul, Silvia nos desvela que su vestido llevaba un detalle oculto: “No he sido nada tradicional es ese aspecto, mi vestido lleva un lazo azul en su interior, pero, aunque me gustó ese detalle, no fue por mi elección”.
Para completar su look, apostó por unos zapatos joya destalonados de vinilo, enriquecidos con cristales, de la firma Aquazzura, y un ramo de rosas blancas y eucalipto diseñado por Elena Suárez & Co. “Tenía claro que quería llevar rosas en mi ramo, porque sé que le hubiera gustado a mi madre. Lo guardé para poder llevárselo a ella”, nos cuenta Silvia sobre este emotivo detalle a su madre, que falleció en 2019.
Como joyas, para brillar aún más vestida de novia, ha llevado Riviere de diamantes en oro blanco de 18 quilates, pendientes de oro blanco con diamantes talla baguette y perlas australianas y otros de oro blanco de 18 quilates y diamantes estilo Art Decó, todo de Durán Joyeros, en quien también confiaron los novios para sus alianzas, que eran un diseño atemporal en oro amarillo. Para su beauty look se ha puesto en manos de la maquilladora Natalia Belda para Guerlain y el peluquero Sandro Nona, para GHD.
Un segundo vestido con accesorio tendencia
Una vez finalizada la cena, Silvia sorprendió con un segundo vestido más sexy y atrevido, con una gran abertura en la pierna, para el que se invirtieron 50 horas de modelaje y 90 de confección. Está hecho a base de georgette, con cuerpo bañera muy estructurado y un escote en ‘V’ trabajado en tul transparente. La falda tiene una cola de 1,40 metros drapeada en la cintura y una gran abertura en el lado izquierdo. El diseño, además, cuenta con un accesorio de tendencia: unas mangas globo extraíbles confeccionadas en mikado de seda.
“Quería que fuera algo más ligero. Elegimos un diseño más actual, con un estilo más desenfadado para sentirme muy cómoda y segura durante la celebración con mis amigos, que me permitiera moverme con soltura y bailar toda la noche”, nos explica Silvia sobre este segundo vestido, con el que terminó de poner el broche de oro a su gran día.