La boda es una sorpresa en sí misma. Es habitual que quien se case lo haga por primera vez y, en consecuencia, el suyo sea el primer encuentro (y para un gran porcentaje el único) con una experiencia similar. Ante esta aventura, sucede que algunas novias descubren sensaciones nunca antes vividas, que les hacen preguntarse por qué habían subestimado ese día. Algo similar le pasó a Teresa, una chilena que dio el ‘sí, quiero’ en Perú, en una celebración repleta de detalles. De ese cambio de parecer hablaremos más adelante, porque primero nos desvela los secretos de su espectacular look. Un acierto estético (con una peculiar historia), compuesto por un vestido desmontable con capa de lunares y un sombrero, que ha traspasado fronteras.
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Vestido de novia con capa
Aunque lo esperable habría sido que Teresa hubiera hecho una ruta por las firmas y diseñadores que más le atraían, la historia de su estilismo es otra. En su entorno, le aconsejaron probar el escote palabra de honor y ella recordó que su amiga Sofía se había casado con ese escote. "La llamé para preguntarle si podía ir a probarme su vestido de novia. ¡Me lo probé y me quedó perfecto! Me enamoré del vestido porque me sentía muy cómoda y era todo mi estilo. Así que, no le di muchas vueltas y sin probarme nada más, lo elegí”, nos cuenta.
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El diseño estaba inspirado en el icónico look de Givenchy que Audrey Hepburn llevó en Sabrina. “Javiera Jordán, la diseñadora del vestido, plasmó a la perfección la idea. Las mangas abullonadas desmontables con lunares le daban más originalidad al diseño”, explica. La propuesta no estaba completa sin unos accesorios que marcaran la diferencia y Teresa dio con ellos gracias a la labor de la estilista Mariana Calvo. “Un ítem importante para mí eran los zapatos porque quería que fueran cómodos sin sacrificar diseño. Elegí los zapatos Greta Grey, porque los quería cerrados para entrar y para la fiesta me compré los Margot 6 Ivoire, porque quería un tacón más bajo para bailar cómoda toda la noche”, comparte.
En su estilista también confió para los accesorios que llevó durante el banquete. “Usé unos aros de brillante que eran de mi abuela y cambié los accesorios por un collar, aros colgantes y un tocado de estrellas. Todo hecho por Mariana como mi regalo de bodas”, recuerda Teresa.
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El sombrero como protagonista
Pero si hay que destacar un elemento en su look ese sería, sin duda, el sombrero. El complemento que conquistó a las celebrities en sus bodas, fue el centro de todo el look de esta novia viral. La historia que hay detrás de esta pieza puede considerarse un gesto sostenible y generoso. “Me enamoré del sombrero de Eliurpi, pero ya no hacían ese modelo, así que busqué en Instagram personas que hubiesen etiquetado el sombrero y les escribí para intentar que me lo venderieran, para usarlo en mi boda. Una de esas personas fue Mónica que, sin conocerme, me ofreció regalarme el sombrero, si yo me encargaba de llevarlo a Chile. Justo una amiga viajó a Barcelona esa semana y me lo trajo. ¡Una historia para no creer, aún sigo muy agradecida por el gesto de Mónica!”, señala.
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Como este elemento captó todas las miradas, ella no quería restar importancia a la pieza y por eso el último de los accesorios debía ser, a su juicio, discreto a la par que especial: “quería un ramo que completara el look, pero no fuera protagonista. Le pedí ayuda a Mariana también y la elección fue un ramo simple de colores variados de Plant Me Chile”. Un diseño floral mediano en tonos verdes, blancos, azules y morados.
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Claves de belleza
¿Qué necesitaba Teresa para completar su estilismo? Un look ‘beauty’ espectacular. Nadie mejor que su hermana podía acertar con lo que ella necesitaba. Se encargó del maquillaje y la peluquería de la novia y de su madre. “Yo siempre quise un maquillaje natural e iluminado con tonos dorados. Como mi hermana me conoce perfecto y tiene un gran talento, me maquilló tal como quería y se mantuvo intacto más de 12 horas”, apunta. La coleta baja fue su elección en lo relativo al peinado, ya que resultaba realmente cómoda con el sombrero.
Un enlace en Perú
Para un estilismo tan espectacular, nuestra protagonista debía contar con el escenario adecuado. Por ello, el pasado 25 de junio se dio el ‘sí, quiero’ en el Club de Polo de Lima: “yo soy de Chile y Mateo es de Perú. Vivimos en Chile, pero decidimos casarnos en Perú porque el tiempo es mejor en esa época ahí y no queríamos que hiciera frío”. En consecuencia, la pareja tuvo que enfrentarse al reto de organizar un enlace a distancia en otro país y el proceso no fue nada fácil. “pero gracias a nuestros padres, amigos y Melissa Málaga, nuestra wedding planner, y Meche Koechlin, nuestra banquetera y decoradora, todo fue más fácil”, manifesta.
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Teresa tuvo que renunciar a su sueño de casarse en el jardín de la casa de sus padres, en Chile, por cuestiones de temperatura y restricciones sanitarias. Sin embargo, sí pudo mantener su concepto de decoración rústico chic y silvestre: " elegí una decoración con mucha madera, verde y blanco con colores neutros y un toque de azul para darle un poco de color”. Su objetivo era que, quien estuviera en su enlace, recordara el jardín de sus padres, replicarlo de alguna manera. Y lo consiguió.
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Después de haber logrado una celebración tan memorable, nuestra protagonista se sorprendió. De aquel día agradece haber podido disfrutar de su familia y amigos más cercanos: “la mayoría viajaron para asistir a la boda y se generó un ambiente muy especial y emotivo durante todo el fin de semana”. Los novios se sintieron verdaderamente afortunados y queridos y solo por eso nuestra protagonista reconoce que subestimo aquel gran día. “¡Nunca pensé que lo diría, pero repetiría ese día! ¡El recuerdo es memorable!”, dice. Y solo con eso confirma que la experiencia del 'sí, quiero' merece mucho la pena.