Laura Corsini se casó el pasado 30 de julio con Javier Ibáñez en una romántica ceremonia en Comillas, donde se conocieron y se comprometieron en octubre de 2021. Para la diseñadora fue un sueño hecho realidad al mismo tiempo que el mayor reto desde que fundó su firma de moda con tan solo veintidós años -celebra justo ahora una década de éxitos- ya que vistió a más de setenta invitadas con piezas que ahora verán la luz en la nueva colección de Bimani. Un proceso “inverso” que “ha sido la mayor locura que hemos hecho jamás”, nos cuenta la propia Laura en ¡HOLA!
“Lo difícil es que hemos querido que cada una decidiera la inspiración de su diseño , una vez nos contaban qué querían, les propusimos varias ideas. Hemos ido realizando diferentes muestras de cada una de las prendas hasta dar con el diseño final”. Una colección diseñada junto a las mujeres de su vida. Para ellas han sido los homenajes de la novia en su día más especial, desde la bata que Laura llevó mientras se maquillaba y peinada -diseñada por ella y estampada con las flores preferidas de amigas y familiares- a, como no podía ser menos, sus vestidos de novia.
Tres fueron los looks con los que Laura impactó y todos con un mensaje. El más especial, sin duda, el que llevó al altar, el mismo con el que se casó su abuela materna , Carmina, en 1958.
“Días antes de anunciar que nos casábamos mi madre había encontrado el vestido de novia de mi abuela en un trastero envolviendo un jarrón antiguo. Al describirle lo que quería para la ceremonia, me dijo que era muy similar al que llevó mi abuela hacía 65 años. Decidí probármelo y alucinamos. El vestido me quedaba perfecto. Mi abuela falleció hace más de 11 años, teníamos una relación muy especial, siempre fue una inspiración para mí, tenía una elegancia que llamaba la atención. Cuando me lo probé, supe que querría casarme con él, nada me hacía más ilusión y para mi es el vestido más especial del mundo” nos cuenta.
“El vestido es del año 1958, por aquella época, el corte Dior estaba muy de moda , cintura extremadamente ceñida y falda con volumen. Está confeccionado en falla de seda natural. No modificamos el diseño, me encajaba a la perfección, simplemente repasamos las costuras y reforzamos el cuerpo. Se invirtieron más de 100 horas de trabajo para dejarlo perfecto”.
“Cuando me lo probé en casa de mis padres, empecé a pasear con él y recuerdo que me vio mi padre y le encantó. Curiosamente, estaba tan arrugado que parecía que era de largo ‘midi’, al verme con esa silueta, decidí diseñarme el segundo vestido. Partiendo del cuerpo del vestido de mi abuela, pero con una falda ‘midi’ y más voluminosa”.
Así nos cuenta Laura, nació la idea del segundo vestido. La diseñadora creó además hasta seis pares de zapatos para elegir en el momento el que mejor le sentara a cada uno de sus estilismos nupciales. Para su llegada a la iglesia de San Adrián, en Ruiseñada, se decidió por los stilettos marrones, un estilo que también era el favorito de su abuela.
“El segundo vestido es un homenaje a la artesanía española. Es una auténtica obra de arte, está confeccionado en tul francés de seda natural. Lleva entolada una mantilla antigua de mi familia, se ha entolado intercalando las más de doce capas de tul. En la base lleva con unas quillas de organza que hemos rematado con encajes antiguos de cuando comencé con Bimani”. Para este vestido “diseñamos un zapato cerrado muy discreto para no robarle protagonismo”.
“El tercer vestido estaba pensado para el baile. Confeccionado en un tejido de paillettes y con un amplio lazo de organza natural. Su silueta de corte en cintura y escote halter es de mis favoritas y siempre es de las más favorecedoras. Además, diseñamos una chaqueta de manga entallada y con abertura en espalda. Estará disponible en Bimani próximamente, no podía no compartir al menos un diseño con mis clientas”. Se diseñaron para este último look, con el que Laura disfrutó de su fiesta, tres sandalias, dos de tacón estrecho y otras con tacón semi fino y tiras inclinadas y muy finas, un diseño al que bautizó con el nombre de su abuela, Carmina.