Tras prometerse el pasado octubre en el mismo lugar, ayer Laura Corsini se casaba en Comillas con Javier Ibáñez en una ceremonia muy emotiva -de la que adelantó algunos detalles en ¡HOLA!- y cargada de guiños a algunas de las mujeres más importantes de su vida. "La moda no solo debería estar para el 'qué dirán'. La moda también existe para plasmar emociones" escribía la prima de Belén Corsini en su perfil social apenas unos minutos antes de salir hacia la iglesia, y lo cierto es que esas dos frases definen a la perfección su elección de vestidos. Si para dar el 'sí, quiero' decidía llevar el diseño que lució su abuela para su boda hace 64 años, posteriormente se cambiaba para rendir homenaje a su hermana Alejandra.
Ya casada con el amor de su vida, Laura llegaba al convite con un diseño diferente al que había llevado en la ceremonia, más fresquito y ligero, ideado por ella misma. Se trataba de una pieza de escote redondeado, cuerpo entallado, corte a la cintura y falda vaporosa en línea 'A' que contaba con unas delicadas mangas cortas de volantes y una gran hilera de botones forrados a lo largo de toda la espalda.
- Laura Corsini, historia de un éxito
Una vez más, la diseñadora ha dado los detalles del modelo, explicando que está realizado a partir de la mantilla familiar que también llevó su hermana, Alejandra Corsini, a modo de velo el día de su enlace en 2016. "Una mantilla antigua convertida en vestido por Fátima González. Tuve clarísimo que este diseño de más de una decena de capas de tul de seda francés, el más fino que existe, solo ella podía hacerlo realidad" ha contado. Asimismo, el modelo, que ha requerido más de 700 horas de trabajo, agrega en su base unas quillas de organza con finos encajes antiguos de cuando empezó en Bimani, homenajeando sus inicios.
En este segundo look nupcial, Laura decidió no modificar su maquillaje ni peinado, y mantuvo su sencilla coleta baja, decorada con un broche brillante que perteneció a su abuela paterna. Fue en el tercer estilismo, que llevó en el momento de la fiesta posterior a la cena, cuando quiso cambiar y transformó ese peinado en un moño bajo trenzado, además de lucir unos pendientes diferentes a los anteriores, unas piezas colgantes muy elegantes.
El citado tercer look, pensado para el baile, es más festivo y rompedor, y asimismo está diseñado por la propia novia. Se trata de un dos piezas de pailletes blancas con destellos metalizados compuesto por un vestido de corte recto y escote halter decorado con un gran lazo de organza natural y una chaqueta torera a juego que posteriormente se quitó.
La buena noticia para las fans de Bimani es que se podrá encontrar a la venta como parte de la colección Novias prêt-à-porter que lanzará próximamente la firma, así como ocurrirá con los distintos zapatos que se han diseñado para la ocasión y que también se venderán: desde el stiletto en tono caramelo del primer look como el par cerrado del segundo o las sandalias del tercero.