Está considerada una de las mujeres más elegantes de nuestro país desde sus tiempos de modelo, y, en su boda londinense con Don Johnston, Nuria March volvió a hacer gala de su impecable estilo . La empresaria española dejó claro que no es, en absoluto, una novia conservadora, sorprendiendo a sus invitados con tres originales (y muy sofisticados) looks nupciales que fueron toda una apuesta por el made in Spain.
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Primero, para la ceremonia civil, en el Chelsea Old Town Hall, el pasado viernes, 10 de junio, se decantó por un percioso vestido azul inspirado en un Dior de los años cincuenta. Se trataba de un diseño de dos piezas con silueta New look , confeccionado en tweed de lana fría mohair por sus buenos amigos Antonio Burillo y Juan Carlos Fernández, de The 2nd Skin Co. La chaqueta, de manga larga, llamaba la atención por el maxilazo que llevaba prendido en el hombro izquierdo y por su cinturón. El vestido, sin mangas, de cuerpo recto y falda de línea evasé, era largo hasta debajo de la rodilla. Los zapatos, unos stilettos de piel de color nude de poco más de cinco centímetros, llevaban la firma de Isabel Abdo.
Nuria completó su look con unos pendientes de esmeraldas. En este día tan especial para ella, quiso tener presente a su madre, Elvira Almela, fallecida hace tres décadas. Por ello, lució algunas de sus joyas, además de unas piezas cedidas por la joyería Yanes, también encargada de elaborar las alianzas. Con este homenaje, Nuria cumplió con la tradición de llevar algo prestado, así como algo azul —el vestido— y nuevo —los zapatos—. A su vez, quiso darle un toque español a su look y, al renunciar al ramo, lució un abanico haute couture de madera y seda en tonos rosa, con dos grandes flores de tela color salmón, obra del diseñador francés Olivier Bernoux, que hizo las veces de bouquet. Su amiga Estrella Elorduy, quien la acompaña desde hace más de treinta años en las ocasiones especiales y cuenta con una dilatada trayectoria en la moda, fue la encargada de su sencillo pero, a la vez, sofisticado recogido y de su maquillaje, natural y luminoso.
Más tarde llegaría el siguiente look. Ese mismo viernes, a las 19 de la tarde, llegó la hora de la gran fiesta de bienvenida a los doscientos asistentes que fueron reunidos en uno de los muelles del Támesis. El dress code marcaba Yachting elegant, yNuria dejó a todos boquiabiertos con su versión más espectacular: apareció con un elegante mono corto de encaje y escote halter, con una sobrefalda blanca de tafetán, de Tot-Hom, la firma de Marta Rota, que combinó con un turbante de rayas de Solideo.
El sábado 11 de junio tuvo lugar la gran celebración. Nuria y Don citaron a sus invitados, a las siete de la tarde, en el Museo de Historia Natural, y, en esta ocasión, Nuria, de nuevo, se convirtió en el centro de todas las miradas. La empersaria causó sensación con un diseño de Lorenzo Caprile de color fucsia.Una creación con cuerpo asimétrico, de pedrería en tonos verdes y dorados, y una falda tail hem —ligeramente más larga por delante que por detrás—, de muchas capas de tul, hasta el tobillo.
Tres elecciones que, sin duda, triunfaron.