En una ceremonia que ha reunido a destacados miembros de la aristocracia y de la élite empresarial española, Borja Corsini y María Roiz de la Parra se han dado el sí, quiero en la iglesia del Buen Suceso en Sevilla. La Condesa de Osorno y hermana del novio, Belén Corsini, no ha faltado a la cita y ha elegido un alegre vestido rojo de inspiración flamenca para la ocasión. Sin embargo, el look más esperado era el de la novia, que se ha decantado por un original diseño de espíritu clásico pero muy diferente a los vestidos nupciales tradicionales.
Como es habitual, María Roiz de la Parra ha llegado a la iglesia del brazo de su padre. María ha elegido un vestido de novia de aspecto sencillo pero en absoluto simple. Se trata de un diseño de espíritu clásico que no añade adornos innecesarios pero resulta, al mismo tiempo, bastante innovador. La propuesta, con cuello cerrado y manga larga, presenta una silueta ligeramente evasé que se estrecha en la zona del tronco y la cadera para ensancharse sultimente en la falda. De estética atemporal, el diseño incorpora un "efecto" tabla que se hace más patente en la falda, de mayor volumen. El otro elementro tradicional del look nupcial ha sido la cola del vestido, con bordados florales y con una longitud considerable. Al salir del coche nupcial se han podido observar los zapatos, unas sandalias rosa empolvado con varios centímetros de tacón.
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El estilo clásico también se refleja en el recogido, un sencillo moño pulido desde el cual descendía la cola del vestido. A la hora de crear el look de belleza, la novia ha abrazado la belleza natural y ha optado por un acabado discreto y luminoso. También ha aportado un extra de luz los pendientes escogidos como toque final, una apuesta de aspecto vintage que encaja a la perfección con el resto del look. No hay que olvidar el ramo, el complemento ideal del vestido. En este sentido, ha arriesgado con una elección poco frecuente, aunque cada vez más de moda y se ha decantado por un ramo de hojas de olivo que introducia un guiño campestre al estilismo.