Como regalo de cumpleaños, Fernanda tuvo el detalle más especial que cambiaría su vida. Su ya marido decidió hacerle la gran pregunta el día que cumplía 25 años, en una cena en su casa de Zahara de los Atunes, y tras el ‘sí, quiero’, llegaron todos los preparativos. Ella sabía que no quería un vestido largo y, con la ayuda de Laura Ponte, la diseñadora del vestido, consiguieron crear un look elegante y sofisticado. El gran día de Fernanda y Ángel transcurrió en Sevilla, la ceremonia se ofició en la iglesia de San Nicolás de Bari y la celebración, en una preciosa finca construida en el siglo XVI. Es el caserío de una hacienda de olivar, considerada de las primeras construcciones del barroco sevillano, pero restaurada a finales del siglo XX por los hermanos Maestre Benjumea. Emoción en familia, en una boda cargada de estilo.