La boda de Inés fue especial y cada detalle estaba impregnado por sus recuerdos de infancia y su ‘algo prestado de la familia’. El vestido era el diseño con el que se casó su prima, y un día ordenando se lo encontró y pensó que podía ser buena idea llevarlo en su gran día. Originalmente, era un diseño de Teresa Palazuelo, pero, puesto que Inés quería actualizarlo y hacer unas pequeñas modificaciones, lo dejó en manos de Inés Martín Alcalde: “Captó al momento lo que quería. Un vestido con corte sencillo, manga y poca cola. Un mes antes de la boda le dimos una vuelta y cortamos la manga y abrimos la espalda al ser en julio”.
Inés y Alberto se conocieron en una fiesta por amigos en común y sellaron su historia en Comillas, lugar donde ha veraneado la novia desde pequeña: “La celebración fue en el Real Club Estrada, el club social al que llevo yendo desde que tengo uso de razón. Nada me ha podido hacer más ilusión que celebrarlo ahí”. Lo mejor para Inés fue poder celebrarlo con sus hermanos y amigos: “Mi hermano vive en Chile y la hermana de Alberto vive en Boston”. Sin embargo, una ausencia que echó en falta fue la de su abuela materna: “Murió en noviembre. Aunque me hace ilusión pensar que me vio vestida de novia, ya que, cuando me prometí, me sacó su traje de novia y me dijo que me lo probara, que me quería ver con él puesto”. Inés vivió, así, una boda cargada de emociones.