La conocemos porque, con su sello romántico, ha conquistado a novias e invitadas. Sin embargo, ahora es ella la que se pone en el papel de su clientela y dice ‘sí, quiero’ con dos vestidos muy Sophie et Voilà
“Cuando trabajo con mis novias, les pregunto por el lugar, la hora, los invitados… Y, a raíz de eso, comienzo a diseñar. En mi boda utilicé el mismo sistema”, nos cuenta Sofía Arribas cuando le preguntamos sobre cómo comenzó el proceso del diseño de los vestidos. Y es que, aunque parezca mentira, no tuvo claro el diseño hasta dos meses antes de su boda. Ella recuerda su día “como el más (o los más, porque fueron dos) feliz de mi vida. Llegar a casarme con el hombre de mi vida de la mano de mis hijos es algo imposible de superar, y si a eso le sumamos a la familia más cercana y los amigos más íntimos en el palacio de Ubieta, el sitio más bonito del planeta…”. La experiencia de diseñar sus vestidos le hizo cambiar su propia perspectiva: “He valorado ser yo por encima de cualquier otra premisa. Quería demostrar que se puede ser una novia distinta… sin dejar de ser una novia”. Y Sofía lo consiguió y deslumbró con dos diseños mini de estilo babydoll, cargados de vuelo, y con los que, estamos seguros, será la inspiración de muchas novias futuras.
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La boda se celebró en dos actos, y para el primer día, Sofía eligió un vestido de piqué de seda de corte en ‘A’, con una capa integrada en la espalda, inspirada en Balenciaga, y lo acompañó con tocado con redecilla, de Tousette.
La novia con su segundo vestido: un diseño asimétrico, en lino, que remató con un gran bullón de tafetán. Arriba, Sofía con su marido después de dar el “sí, quiero”.
Sofía Arribas y su marido eligieron el palacio de Ubieta para su gran día. De la decoración se encargó Gonzalo Estudio Interiorismo, y para el catering, optaron por un asado, de Asados El Yugo, que sorprendió a sus invitados. Las invitadas de Sofía no podían ir de otra firma que no fuese Sophie et Voilà: “Diseñar para mis amigas es algo que me encanta. Hubo desde vestidos fluidos con flores bordadas hasta shorts de gazar de lino con lazadas... El reto era conseguir que las invitadas fueran de verdad diferentes, y creo que lo conseguimos”.
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