Desde el ‘sí, quiero’ de los Condes de Osorno a finales del mes de mayo hasta el de Jaime Borbón Dos-Sicilias hace apenas dos semanas en Palermo, esta temporada nos ha sorprendido con una larga lista de enlaces de sangre azul. A ellos se sumaba la ceremonia de Francisco Joaquín de Borbón Graf von Handerberg, hijo del duque de Sevilla, y de Beatriz von Handerberg, que casaron el 9 de octubre en la Catedral de Santa Maria de la Sede de Sevilla con Sophie Karoly, su pareja de hace cinco años. Haciendo gala del protagonismo que merece toda novia en su gran día, eligió un ostentoso diseño 'algodón de azúcar' que nos transportó a un auténtico cuento de hadas. Un diseño bautizado por la internacional firma de Pronovias con el nombre de 'Earthrise'.
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La majestuosidad de una llamativa falda de tul
Sin lugar a dudas, Karoly apostó por la exuberancia y se decantó por un vestido digno de una princesa en sintonía con esta boda aristocrática. El diseño de escote corazón con pomposa falda de tul e infinitas capas de volantes drapeados, necesitó en algunos momentos de la ayuda de sus damas de honor, que contrastaban con sus sencillos vestidos lenceros diferentes tonalidades, desde el gris hasta el naranja intenso y el verde botella.
A juego con el vestido, la novia mantuvo el extenso velo sobre su rostro a su entrada en la catedral, denotando su apego a los protocolos y dejando ver a la salida de la ceremonia su maquillaje de sombras ahumadas y labios de efecto glossy. La parte posterior del look, no era menos impactante: una larga cola con efecto de volantes creaba un efecto de nube o algodón. Una llamativa imagen que sin duda definía la espectacularidad de Sophie en su camino hacia el altar.
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Homenaje a los orígenes del novio
Hace aproximadamente cinco años, el destino quiso que se cruzasen los caminos de Francisco Joaquín de Borbón y esta austríaca experta en Marketing y Comunicación. Desde ese momento, ella cayó rendida ante la cultura española y sus maravillas. Sevilla se consolida como su ciudad favorita y es por ello decidieron celebrar una preboda con temática flamenca, en la que todos los invitados debían vestirse en sintonía con las tradiciones locales. Al Igual que el día del enlace, la novia se decantó por un diseño llamativo aunque diferente, de escote asimétrico y ceñido con volantes y bordados joya hasta llegar a una cola de sirena típica del traje de sevillana.