Septiembre ha terminado con dos de las bodas más esperadas del año y looks de novia que pasarán a la historia. Por un lado, Lady Charlotte Lindesay-Bethune daba el ‘sí, quiero’ al Duque de Noto, Jaime de Borbón-Dos Sicilias, con un vestido princesa, al más puro estilo Grace Kelly. Por otro, María Astrid de Liechtenstein celebraba su enlace con el empresario Ralph Worthington, enfundada en un diseño con bordados asimétricos. Y después de un intenso mes de celebraciones nupciales, octubre llega con otra gran ceremonia, que tendrá lugar en la la iglesia de San Miguel, en Jerez de la Frontera (Cádiz): la de Claudia Osborne y José Entrecanales. En el mismo lugar donde sus padres se casaron hace 44 años, la conocida como segunda catedral de la ciudad, la hija pequeña de Bertín Osborne y la fallecida Sandra Domecq abrirá un nuevo mes de enlaces para recordar.
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- Claudia seguirá en su boda la tradición de sus padres y sus hermanas
Una saga de mujeres estilosas
A la cita no faltarán sus hermanas, Alejandra y Eugenia Ortiz Domecq y Ana Cristina Portillo, que deslumbrarán seguro con sus elecciones de moda. Son precisamente las mayores, Alejandra y Eugenia, quienes se han convertido en fuente de inspiración para todos aquellos que tratan de definir el look de novia que llevará Claudia en su gran día. ¿Tendrá color como los que ellas llevaron? ¿Se rendirá ante las tendencias? ¿Optará por el romanticismo habitual en su saga familiar?
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La boda de Eugenia Osborne
Era 17 de abril de 2011 cuando Eugenia Ortiz daba el ‘sí, quiero’ a Juan Melgarejo, a las 12 del mediodía, rodeada de ilustres invitados, en la misma iglesia que lo hará su hermana este sábado 2 de octubre. A la ceremonia llegaba del brazo de su padre y con una amplia sonrisa, tan solo 10 minutos después de la hora oficial. Para su gran día, una Eugenia entonces recién licenciada en psicología, huía del clasicismo al incorporar notas de color en su vestido de novia. Miguel Palacio fue el artífice de su bonito diseño de aires griegos en tono aguamarina, que presentaba un escote asimétrico, falda vaporosa, silueta línea A y aplicaciones glitter.
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El look de belleza no se quedó atrás y recuperó la esencia bucólica de las novias del pasado gracias a un maquillaje natural y un bonito recogido bajo. Con unas sofisticadas horquillas doradas de estrellas, situadas alrededor del moño, Eugenia se adelantaba a la que es una de las grandes tendencias de 2021. La guinda del pastel la ponía su ramo de peonías blancas (una elección tradicional y habitual entre las novias de la realeza) que hacía contraste con el vestido.
Como invitadas destacadas a esta memorable boda estuvieron sus hermanas. Alejandra, quien optó por un vestido azul de terciopelo con mangas murciélago junto a un casquete retro negro; Ana Cristina, que apostó por un conjunto mini en tonos arena y un tocado con pluma de faisán y Claudia, actual prometida, quien se decantaba por un diseño asimétrico color salmón, con el que estaba muy favorecida.
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El enlace de Alejandra
Todo en la celebración de Eugenia salió perfecto porque la familia ya tenía experiencia en el arte de la organización nupcial, gracias al enlace de Alejandra, que tuvo lugar, el 25 de octubre de 2003 en el mismo templo y bajo la atenta mirada de 400 invitados. “En este lugar se casaron mis padres y mis abuelos, y además me parece la iglesia más bonita de Jerez, es por esto que me quiero casar aquí”, comentaba entonces, antes de su enlace. La suya fue una celebración de noche, una diferencia notable con la ceremonia de día que años después escogería su hermana Eugenia.
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Eran las nueve de la noche cuando la mayor del clan Osborne cruzaba las puertas de la iglesia para dar el ‘sí, quiero’ a Joaquín Buendía Martín. Lo hacía con un look diseñado por ella misma, de inspiración medieval, compuesto por un vestido escotado en tonos dorados y un abrigo realizado en seda en color marrón con notas de azul. Como accesorios, recuperó del joyero familiar unos pendientes largos de brillantes que pertenecían a su abuela y una pulsera también de su abuela. La otra gran nota de color del estilismo la puso el ramo de astromelias naranjas con verdes, perfectas para la temporada otoñal.
Alejandra no solo diseñó su vestido de novia, también los vestidos de invitada de sus hermanas, propuestas de inspiración bohemia con bordados que dejaron a todos boquiabiertos, también a su padre. "Mi hija no me deja ver su traje de novia hasta horas antes. Me dijo: ‘No te voy a decir como es para que no te asustes'. Estoy sorprendido de los diseños de trajes que ha hecho mi hija”, confesaba Bertín entonces.
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Más allá de la bonita ceremonia y los primeros momentos de los protagonistas, los convidados se trasladaron a la Finca Santiago, propiedad de la familia y donde Eugenia años después festejó su gran día. Como es habitual en bodas de esta magnitud las mesas estaban decoradas con preciosos centros florales de margaritas naranjas, gerveras, lilium y eucaliptos, gracias al trabajo de la Floristería Olmedo. En cuanto al menú, primaron los productos locales, el vino de la tierra y auténticas exquisiteces ancestrales (como el faisán), que se sirvieron en el gran banquete, a cargo del catering de Rafael Juliá.
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Será en este mismo espacio donde Claudia Ortiz Domecq celebre el gran convite y posiblemente también lo haga con un menú basado en ingredientes de proximidad. Este es solo uno de los elementos que las tres hermanas tienen en común en materia nupcial, pero podría haber más. Surgen así grandes preguntas: si Alejandra e Eugenia no llevaron velo, ¿tampoco lo hará Claudia? Si ambas renunciaron al tradicional vestido blanco, ¿será la hija pequeña de Bertín la primera en llevarlo? Y, si las hermanas mayores optaron por añadir una nota brillante a sus looks y por recogidos clásicos, no extremadamente definidos, ¿rompera Claudia con esta línea estética?. Habrá que esperar expectantes hasta el sábado para despejar todas las dudas.