El viernes 17 de septiembre, Marta, la menor de los dos hijos de Matías Prats, contraía matrimonio con el economista Alberto Salas. El enlace, celebrado con la máxima discreción, tuvo lugar en la capilla de Nuestra Señora de Begoña, hasta donde se desplazaron familiares y amigos de la pareja que, debido a las restricciones de la pandemia, pasaron previamente un test de antígenos. El célebre presentador, acompañó a su hija hasta el altar, un paseo en el que se desveló el elegante vestido de la novia, obra del diseñador Diego Estrada.
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Marta tenía previsto casarse en octubre de 2020, pero ella, igual que otras muchas novias, tuvo que aplazar el enlace hasta que la situación sanitaria estuviera más controlada. “Vino a una primera cita con su madre para esa fecha y volvió meses después cuando supo la fecha definitiva porque tenía claro que quería hacerse su vestido de novia con nosotros”, explica a ¡HOLA! el diseñador. Diego nos cuenta que, pese a ese primer contacto, no habían realizado ningún avance antes de tener la fecha definitiva. Pero no fue complicado dar con el vestido soñado, la hija del presentador sabía lo que buscaba para su gran día. “Marta tenía claro que quería ir cómoda, sencilla, sin espalda al aire y no en formato princesa”. Asegura además que trabajar mano a mano con Marta fue muy sencillo, “es muy extrovertida y las pruebas fueron muy divertidas”.
Los que más saben sobre vestidos de novia siempre aconsejan a las chicas que están en proceso de búsqueda dos cosas: que elijan un diseño acorde a su personalidad, con el que se sientan cómodas -y no solo se refieren a que se puedan mover con libertad- y que opten por una prenda que favorezca y potencie su silueta. Algo que tuvieron muy claro Marta y Diego cuando llegó la hora de crear su look nupcial. “Quería un vestido sencillo pero acorde a su personalidad, que le marcase la figura. Decidimos hacer un diseño casi recto en crepe de seda y con aberturas en los laterales”, apunta el diseñador.
Con esas aberturas Marta daba un aire más moderno a su vestido, sin renunciar a la sencillez y el minimalismo. Además se sumó a una de las tendencias que más gustan a las novias actuales: los vestidos desmontables. Aunque algunas chicas optan por dos o más looks para su gran día, la mayoría prefiere un diseño que, con sencillos gestos, se transforme y se adapte a cada momento del día. El vestido de Marta contaba con mangas y cola desmontables, confeccionadas en gasa de seda plisada, con las que conseguir ese efecto de vestido ‘2 en 1’.
Aunque la novia supo desde el primer momento lo que buscaba en su vestido, no tenía claro si quería llevar velo o no. “Lo decidió el día antes, igual que el maquillaje y el peinado”, explica Diego Estrada. Finalmente, Marta optó por lucir una bonita melena ondulada, con los mechones más cercanos a la cara recogidos. El maquillaje, sencillo y natural, potenciaba sus rasgos -sobre todo la mirada-. Y sí, finalmente, llevó velo.
Además, Marta decidió aportar un toque de color a su look nupcial con dos detalles. El primero, unos zapatos bicolor de Marni, en blanco y negro, -“a la novia le encanta la combinación”- una elección sorprendente y muy elegante. El segundo punto de color lo puso el ramo, un maravilloso bouquet de aspecto silvestre en tonos rosados y verdes obra de Elena Suárez & Co.