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Los looks de invitada más populares de los últimos años, esos que han llevado referentes como Inés Domecq, Kate Middleton o Paloma Cuevas, nos han enseñado que, en ocasiones, un buen tocado es garantía de un estilismo ganador. Saber utilizar estos accesorios es una gran ventaja, dado que con ellos se puede transformar cualquier propuesta hasta hacerla mucho más interesante. Para su correcta elección, dejarse guiar por las tendencias es clave, sin olvidar cuestiones como el tipo de boda o la estación del año. Pero, sin duda, si existe un factor imprescindible en la decisión, ese es el tipo de rostro y aquello que siente mejor a las facciones de la convidada. Exploramos todas las opciones con algunos consejos de expertas.
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Identificar el tipo de enlace
Antes de adentrarse en las necesidades de cada forma del rostro, es importante entender que no todos los materiales y diseños servirán para el mismo tipo de enlace y que en función a ello se obtendrán unos resultados u otros. “En el verano se llevan las texturas naturales como la rafia, el sinamay, el yute, las semillas y flores deshidratadas, el lino o el algodón. Las tendencias más inspiradoras las encuentras en los años 50 y 70, con coronas de flores, alas de rafias, plumas de colores, diademas y velos. Para el invierno elegiremos materiales como fieltros, terciopelos, plumas de aves de caza, velos, sedas salvajes, marabús... En este caso, las tendencias se inspiran más en los años 20 y 40, eligiendo turbantes de seda, casquetes de fieltro y coronas de plumas”. Lo explicaba Ana María Chico de Guzmán, directora creativa y fundadora de Mimoki, en un artículo que firmaba en ¡HOLA! Fashion.
Con sus consejos resulta más sencillo comprender que el siguiente paso, una vez identificada la tipología de boda a la que acudirá la invitada, es decidir qué modelo, de los apropiados para ello, puede favorecerle. En la firma Fernández y Roche tienen clara la necesidad de conocer las facciones del rostro para elegir adecuadamente y en su web disponen de una guía con indicaciones que permiten descubrir la forma del mismo. Cuatro pasos que se resumen en tomar las medidas de la frente, pómulos, línea de la mandíbula y largo del rostro para conocer qué figura forma. Una vez reconocidas nuestras facciones, llega el momento de seleccionar.
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Rostros redondos
“Para elegir en función al tipo de rostro que tengamos, debemos utilizar la proporcionalidad y el sentido común. Es decir, hay que intentar contrarrestar y equilibrar. Por ejemplo, si a un rostro de facciones redondas, le añades tocados elevados hacia arriba, inclinados o rectos, va a recoger esa verticalidad y estará más estilizado”. Quien comparte estas indicaciones es la directora creativa de Masario, de nombre homónimo, que está muy acostumbrada a ver este tipo de situaciones. Siguiendo sus directrices, este tipo de rostros deben decantarse por diseños como platos o pamelas de alas hacia arriba o ladeadas. Con ellas, además, es posible emular a las royals y seguir tendencias tan interesantes como la de los looks monocromáticos de la Duquesa de Cambridge.
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Rostros ovalados
Los rostros más afortunados son aquellos que presentan una forma ovalada. Los más versátiles, pueden lucir todo tipo de diseños sin miedo a que les siente mal. Ello implica que complementos más complicados, aunque sencillos, como las diademas, sean una alternativa a considerar por estas invitadas. En consecuencia, los expertos hablan de que no hay reglas para quienes presenten estas facciones, pueden llevar todo el abanico de tocados sin miedo y aparecer en las listas de las mejores vestidas.
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Rostros cuadrados
¿Necesitan los rostros cuadrados esa verticalidad de la que hablaba Masario? La respuesta es sí. Buscar esa armonía visual en sintonía con un tocado no es tarea fácil, pero quienes presentan estas facciones deben decantarse por propuestas que, al igual que en los rostros redondos, tienen altura. Los turbantes son ese conjunto de creaciones arriesgadas que, bien elegidas, pueden dejar sin palabras a todos los asistentes de una boda. Para escoger la opción más apropiada basta con buscar aquellos con detalles incorporados y aplicaciones que favorezcan esos aires verticales con plumas altas y drapeados ascendentes.
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Rostros alargados
“Las caras alargadas necesitan equilibrar con diseños más pequeños y chatos: sombreros, casquetes, canotiers, diseños de inspiración oriental con alas hacia abajo…”, explica Masario. Estaríamos, por tanto, ante la opción opuesta. Estilizar este tipo de rostro requiere añadir diseños más discretos, tradicionales y de menor tamaño porque generan la necesaria armonía. Podría decirse que a las invitadas con estas facciones les esperan diseños románticos, de corte lady o vintage. No obstante, para decantarse por una u otra propuesta conviene dejarse aconsejar por un profesional y vivir la experiencia de adentrarse en un atelier especializado.
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Rostros diamante
Las facciones afiladas son propias de los rostros diamante, aquellos que presentan un mentón estrecho y puntiagudo, unos pómulos marcados y una frente comedida. Contaba la maquilladora Julia Hidalgo a ¡HOLA! Novias que dar color y definir este tipo de rostros no es tarea fácil, porque son la excepción a las reglas habituales del maquillaje. Sus rasgos pueden llegar a resultar duros y por eso es recomendable no resaltar en exceso con tocados excesivamente grandes en tamaño, mejor apostar por el minimalismo. ¿Nuestra propuesta? Un coqueto casquete, la creación que es tendencia y que ha sabido vencer al paso del tiempo.
