Tras una pedida de cuento en la ópera, viendo la Flauta Mágica de Mozart, Andie y Pedro sellaron su amor en la iglesia catedral de las Fuerzas Armadas. Se conocieron en una peregrinación a Lourdes con enfermos; por ello, el lugar elegido estaba cargado de simbolismo: “Es la iglesia donde se celebran los capítulos de la Orden de Malta (a través de la cual nos conocimos) y está al lado de Capitanía General y del Consejo de Estado. Mi padre es letrado del Consejo de Estado y el padre de Pedro es militar”. Una coincidencia que solo se pudo producir por los cambios generados por la Covid, y es que los novios se iban a haber casado en la finca familiar, el Casteñar, en Toledo.
Fueron los sobrinos de Andie. Iban vestidos por Atelier La Nonna y el diseño estaba inspirado en el cuadro de Goya de El duque de Osuna y sus hijos: “Uno de los niños que aparecen en él es un antepasado de mi familia”.
“Llevé como tiara un collar de perlas y diamantes montado de mi abuela materna, Linette. Luego llevé la sortija de mi pedida, por la cual pujaron en Ansorena, y, como pendientes, unos de mi tía Blanca Finat”.