Marta Lozano, que acaba de deslumbrar en Cannes, no puede mostrarse más ilusionada después de su pedida de mano. Fue el pasado 28 de junio cuando el empresario y odontólogo Lorenzo Remohi le propuso matrimonio en Jávea, tras un día en alta mar. Esta localidad alicantina es muy especial para ellos, pues fue el lugar en el que se conocieron y donde pasaron sus primeros veranos juntos. Casi cuatro años después de comenzar su historia de amor, Lorenzo sorprendió a la influencer al arrodillarse ante ella y mostrarle el anillo de pedida. ¡HOLA! tiene todos los datos de esta joya.
Se trata de un solitario de la firma parisina Chaumet. Concretamente, un modelo de la colección Bee My Love, que se distingue por sus líneas femeninas geométricas e inspiradas en un panal de abejas. El anillo está elaborado en oro blanco de 18 quilates y tiene trece diamantes engarzados, en talla brillante y con pureza VS1. En la parte central de la joya que ha recibido Marta Lozano de parte de su novio, se encuentra un imponente diamante de 1,4 quilates y de alta calidad.
Según ha podido saber ¡HOLA!, el precio de este anillo de compromiso se aproxima a los veinticuatro mil euros. Tal y como nos aseguran fuentes de total fiabilidad, es una cantidad que ha asumido íntegramente Lorenzo, el compañero sentimental de la influencer . El odontólogo y empresario no ha querido escatimar en gastos a la hora de escoger una joya tan especial para la mujer de su vida. Ahora ambos se encuentran realizando los preparativos de una boda que, presumiblemente, tendrá lugar el próximo año.
Ya la pasada primavera, Marta y su novio nos recibieron en su casa de Valencia y nos contaron cómo surgió su historia de amor. “Comenzó en Jávea, que es donde siempre hemos veraneado. Al principio, no éramos de la misma pandilla porque él es cinco años mayor. Pero, empezamos a juntarnos hace casi cuatro años y ahí surgió el amor”, nos decía entonces la influencer. “Yo di el paso. ¡Absolutamente! Me gustaba mucho Lorenzo y no sé si él era consciente, porque no me hacía caso... Pero me dije: ‘Este chico me gusta y es para mí”, nos añadió Marta, sin saber que poco más de dos meses, su pareja le pediría matrimonio en alta mar.