María ya sabía cómo era organizar una boda en medio de esta situación atípica. Su hermana se casó en septiembre de 2020, y Jacobo le pidió matrimonio unos días antes del enlace, con una cena en casa que pidieron a Horcher, una botella de champán y un anillo de Ansorena, diseñado por él mismo, que consiste en una gran esmeralda central, rodeada por 16 diamantes, por ello, tras esta proposición, no dudaron ni un segundo en organizar su boda en plena pandemia y, cinco meses después, celebraron su amor de una manera espectacular. María iba vestida de Roberto Diz, quien le dio todas las facilidades para crear un vestido casi en la distancia, ya que María y Jacobo viven en Londres. Allí se conocieron, gracias a unos amigos en común, de ahí que quisieran dar ese toque british a toda la decoración. El decorador Nacho de la Vega -y padre de María- fue el encargado de captar el aire británico en cada rincón y, la verdad, que consiguió hacer lo que ahora resulta casi imposible, viajar a un país extranjero. Y es que lo que no consiga el amor no lo consigue nada ni nadie.
María iba vestida de Roberto Diz, quien le dio todas las facilidades para crear un vestido casi en la distancia, ya que María y Jacobo viven en Londres.
María y Jacobo celebraron su boda en el Chaparral, donde el padre de María y decorador, Nacho de la Vega, fue el encargado de crear el ambiente británico: “Toda nuestra relación ha sido en Londres, por ello, y por nuestros invitados que venían de allí, queríamos hacer este guiño inglés”, nos cuenta María.
La novia acompañó su vestido de Roberto Diz con algo azul, unos zapatos de Manolo Blahnik, y algo prestado, un reloj pulsera vintage de oro blanco de Omega, que le regaló su abuela por su graduación.