Tenían previsto casarse en abril de 2020, pero la evolución de la pandemia hizo que Lourdes Quílez y Amador Romero, hermano de Vanesa Romero, tuvieran que posponer su enlace, como muchas otras parejas. “Teníamos todo preparado para esa fecha. No obstante, con la pandemia, pospusimos todo y con el cambio de fecha cambiamos el banquete y el baile a la parte exterior de la finca, y por tanto, parte de la decoración, más enfocado a la época estival. También tuvimos que hacerla de día aunque en Alicante hiciera calor debido a la restricción horaria. Aunque no nos arrepentimos de haberla hecho de día, para nosotros fue perfecta”, nos explica la novia desde Tanzania, lugar al que han podido viajar tras darse el ‘sí, quiero’ el pasado 12 de junio en Alicante.
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Una historia de amor marcada por el destino
Lourdes y Amadori coincidieron, por primera vez (o al menos eso pensaban ellos) en octubre de 2014. “Estuvimos mirándonos aproximadamente una hora sin hablarnos. Al día siguiente, volvimos a coincidir en un local de Alicante, y esta vez Amador se acercó a hablar conmigo. Poco a poco nos fuimos conociendo y nos dimos cuenta de que nuestra historia comenzó desde pequeños, ya que ambos jugábamos al tenis y habíamos coincidido alguna que otra vez en torneos o viajes por España y otras muchas casualidades del destino a lo largo de nuestra vida. Desde el principio tuvimos una conexión muy fuerte y supimos que lo nuestro era especial”, nos cuenta la novia.
Cuatro años y medio después, en abril de 2019, Amador le pidió a Lourdes que se casara con él. Fue en un viaje a Nueva York, bajo el puente de Brooklyn. “Siempre hablábamos de dar el paso y aunque él quiso hacerlo en Navidad o para mi cumpleaños, decidió esperar al viaje para sorprenderme. ¡La verdad que fue increíble!”
- ¿Qué fue lo más especial de ese 12 de junio?
- Ver a Amador emocionado dentro de la Iglesia mientras entraba del brazo de mi padre. Toda la boda estuvo llena de momentos inolvidables, la gente se volcó con nosotros y nosotros con ellos. Tampoco olvidaremos nunca el discurso del padrino.
- ¿Cómo ha sido preparar una boda en tiempos como los que hemos vivido? ¿Contasteis con la ayuda de una wedding planner?
- No tuvimos wedding planner puesto que tenía muy clara en mi cabeza la idea, y con la ayuda de nuestra fotógrafa y cuñada María López (de @storiesby_mary), nuestros amigos de la Finca Torre de Reixes y de La trastienda Floristería, conseguimos que todo estuviera como lo habíamos imaginado tantas veces.
-A muchos novios les preocupan ciertos temas como tener que llevar mascarillas, la reducción de aforos o la limitación en el baile. ¿Vosotros os sentisteis preocupados también por esto? ¿Fueron factores determinantes para elegir el tipo de boda que celebrasteis?
- Sí, efectivamente. Para nosotros la mayor preocupación era la seguridad de todos, era primordial. Estuvimos hasta finales de abril a la espera del desarrollo de la pandemia. La aceleración de la vacunación y la prácticamente nula incidencia de casos en Alicante hicieron que nos sintiéramos más seguros con la decisión de casarnos en junio. Realmente veíamos que podíamos celebrar nuestra boda con la gente que más nos quiere (y que, con cuidado, no tendría por qué haber contagios). No obstante, decidimos reducir el aforo, que todo fuese al aire libre, con todas las medidas Covid, mesas burbuja y separación entre los invitados.
- Qué consejo le darías a todos esos novios que no saben si posponer su boda?
- Sin duda alguna, que sigan adelante y celebren su amor. Para nosotros fue el día más feliz de nuestras vidas.
Un vestido ‘2 en 1’ para el gran día
Los que más saben de vestidos de novia suelen repetir que, generalmente, existen dos tipos de chicas: las que tiene claro el tipo de diseño que buscan para el día de su boda y las que solo tienen dudas. Lourdes, sin duda, pertenece al primer grupo. “Siempre tuve claro que quería una espalda espectacular, cuello cerrado y falda con caída, romántica y con algún bordado especial”. Un diseño que hizo realidad Rubén Hernández Costura. “Para mí es el mejor, y sabía que él me ayudaría a diseñar el vestido de mis sueños”.
Juntos imaginaron un vestido con el que la novia se sintiera ella misma, cómoda y especial. El resultado fue un precioso diseño de silueta ‘A’ con sobrefalda bordada -ideal para cuerpos proporcionados- con varios detalles que lo hacían realmente especial: un amplio escote con forma de ‘U’ en la espalda, una larga cola con detalles bordados y unas elegantes mangas ligeramente abullonadas y con puño. Una prenda sencilla y atemporal que, además de encajar con la personalidad de la novia, guardaba un secreto: podía transformarse.
Cada vez son más las chicas que optan por un diseño que evoluciona conforme avanza la ceremonia. Prendas que, con pequeños cambios, puedan parecer totalmente diferentes y les permiten ganar comodidad. “Para mí era primordial la comodidad en la parte del baile, quería disfrutar como nunca. Es cierto que mi primera falda me encantaba, me parecía increíble y además tenía un componente sentimental importante. Pero hay un momento en el que sentirse cómoda es indispensable. Simplemente quité las mangas por el calor y la sobrefalda, quedando un vestido sencillo a la vez que elegante. Menos es más”.
Para dar un plus al vestido, Lourdes quiso llevar velo. “A pesar de que al principio no tenía claro si entraría velada, una vez en la puerta de la Iglesia decidí velarme”, explica. Además, completó su look nupcial con unas bonitas joyas de Suarez y zapatos en un tono empolvado de Flor de Asoka. La única nota de color la puso su ramo. “Sabía que tenía que ser sencillo, con rosas rosas y de tallo largo. Además quería llevar la Virgen de la Cinta en honor a mi madre. Que fuese sencillo y especial. Me dejé guiar por mis amigas de La Trastienda Floristería, que me sorprendieron con el resultado final”.