La historia de amor de Natalia y Carlos es de esas que nos hacen creer en el destino. Se conocieron gracias al hermano de Natalia cuando ella tenía 16 años y él, 19. Sin embargo, su relación no comenzó hasta 6 años después, cuando se dieron cuenta de que eran inseparables. Mallorca fue el lugar elegido por los novios para su gran día. El “sí, quier
Natalia González Albizuri y Carlos Monfá: dos días de celebración
La historia de amor de Natalia y Carlos es de esas que nos hacen creer en el destino. Se conocieron gracias al hermano de Natalia cuando ella tenía 16 años y él, 19. Sin embargo, su relación no comenzó hasta 6 años después, cuando se dieron cuenta de que eran inseparables. Mallorca fue el lugar elegido por los novios para su gran día. El “sí, quiero” fue en la iglesia de San Marcial y, tras la ceremonia, fueron a una finca privada en el interior de la isla, donde el carácter mediterráneo se podía ver en cada detalle. Todo se cuidó y el resultado fue perfecto. Un gran trabajo en equipo que hicieron los novios junto con los padres de Natalia. Eligieron una decoración que quedara mimetizada con el paisaje mallorquín y escogieron las hortensias para los centros florales, como guiño a los veranos de la novia en Santander. Un resultado perfecto que, en ningún momento, se vio empañado por la difícil situación de la pandemia, y es que, aunque pareció una carrera de obstáculos, con esguince de novia incluido, Natalia y Carlos pudieron poner el broche de oro a sus 4 años de noviazgo.
Portada ¡HOLA! Novias PV2021
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EL VESTIDO DE LA NOVIA
Se encargó From Lista with Love. Se trataba de un diseño de manga francesa, con escote cuadrado y que la novia acompañó con una mantilla.
LAS JOYAS
“Llevé el anillo que me regalaron los padres de Carlos en la pedida, una pieza de los años 20, y unos pendientes de brillantes, de mi madre”
EL RAMO
“Yo quería que fuera verde, con oliva de Mallorca, y que el toque de color fuera muy sutil. Se encargaron Tinons Flora Design, al igual que del resto de la decoración”.
LA FINCA
Para el gran día, los novios escogieron una finca privada en el interior de la isla, rodeada de mucha naturaleza y espacios al aire libre.
DOS DÍAS DE BODA
Para poder cumplir con las restricciones del momento causadas por la pandemia, los novios decidieron dividir a los invitados: “Fue muy divertido el domingo volver a ponerme mi vestido, el velo, el ramo… Los dos días fueron súper especiales. Si tuviera que repetir mi boda sin COVID-19, volvería a hacerlo así”.
DETALLES DECORATIVOS
Los novios escogieron las hortensias para los centros florales, como guiño a los veranos de la novia en Santander.
UN MOMENTO ESPECIAL
Un resultado perfecto que, en ningún momento, se vio empañado por la difícil situación de la pandemia.