El 1 de octubre, el gran duque Jorge Romanov y la escritora italiana Rebecca Bettarini se casarán en San Petersburgo. El enlace promete reunir a muchos representantes de la realeza europea. El novio, hijo de la gran duquesa María Vladímirovna Romanova y del príncipe Francisco Guillermo de Prusia, desciende del emperador Alejandro II de Rusia, la reina Victoria del Reino Unido y el káiser Guillermo II de Alemania. Además, es ahijado de los Reyes Juan Carlos y Sofía, del Rey Constantino de Grecia y del Rey Simeón de Bulgaria.
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Aunque faltan varios meses para la boda, ya se sabe que se celebrará por el rito ortodoxo ruso y que luego habrá un banquete en el palacio Vladímir, a orillas de río Neva, antiguo hogar del gran duque Vladímir, hijo del zar Alejandro II y bisabuelo del novio. Por el momento, Rebecca no quiere revelar el nombre del diseñador de su vestido, pero acaba de desvelar una pieza fundamental de su look: la tiara. La novia llevará una fabulosa diadema de la maison francesa Chaumet. La pieza en cuestión es una obra de alta joyería con 440 diamantes: un diamante ovalado de 5,02 quilates y un diamante en forma de pera de 2,21 quilates y 438 diamantes en pavé. En total: más de 30 quilates de piedras destellantes.
“La elección de Chaumet ha sido fácil porque tiene muchas conexiones con la familia Romanov. De hecho, una de las tiaras más bellas hechas por la casa fue la de la gran duquesa María Pavlovna Romanova, que se llama la tiara Cascada y que desafortunadamente se perdió durante la Revolución Rusa”, explica Rebecca en conversación telefónica con ¡HOLA! desde Moscú. “Chaumet es una maison histórica, que ha hecho más de 3.500 tiaras a lo largo de sus 240 años de historia. Y por eso ha sido una decisión natural retomar el contacto con ellos”, apunta la escritora italiana e hija de diplomáticos.
A lo largo de los últimos dos siglos, Chaumet ha elaborado el joyero de muchos reyes y reinas, incluida la emperatriz Josefina de Francia , mujer de Napoleón Bonaparte. La casa parisina también tiene un vínculo histórico con la dinastía Romanov y elaboró muchas piezas para la gran duquesa Vladimir, tatarabuela del gran duque Jorge: la espectacular tiara Cascada que menciona Rebecca, realizada en 1911, y la tiara en forma de sol para la boda de la princesa Irina Yusupova, sobrina del zar Nicolás II y mujer del asesino de Rasputín, en 1914.
Algo nuevo, algo prestado...
Rebecca, que tras su boda se convertirá en gran duquesa, viajó expresamente a París para elegir la pieza. Allí se reunió con Jean-Marc Mansvelt, CEO de Chaumet, quien le enseñó los fondos históricos de la casa. El famoso experto en realeza Stéphane Bern, íntimo amigo de Carolina de Mónaco y Farah Diba, también la asesoró en la elección. “Muchas de las piezas que me mostraron eran históricas y muy antiguas. Pero yo quiero llevar una tiara que no se haya lucido antes”.
Benoit Verhulle, maestro joyero de Chaumet, tardó más de tres años en elaborar esta compleja pieza, que aporta un efecto visual de ligereza gracias a la montura de malla de oro blanca realizada con la técnica característica de la maison , llamada fil-couteau, que parece hacer desaparecer el metal para dejar brillar las piedras.
Para Rebecca era muy importante que la diadema tuviera una conexión con Rusia. Y la que ha elegido evoca muchas historias de ese país y de la familia Romanov. “Parece una kokoshnik , el tocado tradicional de las mujeres rusas. Además, va perfectamente a juego con el vestido que llevaré y está inspirada en los barcos, con lo cual es un homenaje al gran duque Kiril, bisabuelo de Jorge, que era almirante de la Armada Imperial Rusa”, dice la novia. Efectivamente, la joya evoca el volumen de una vela soplada por el viento, lo que también podría interpretarse como un guiño a la base naval de San Petersburgo donde ha prestado servicio el novio.
La boda del gran duque Jorge y Rebecca Bettarini promete tener la pompa y circunstancia de los zares.