Era una de las bodas más esperadas de este año y, por fin, ha tenido lugar. Natalia Vodianova y el empresario Antoine Arnault se han dado el 'sí, quiero'. Algo que se puede comprobar en las instantáneas que la modelo rusa ha compartido en sus redes sociales. Se trata de una imagen tomada a las puertas del Ayuntamiento de París en la que la pareja, vestida para la ocasión, aparece realmente sonriente. Y es que no es para menos. Ellos, como muchos otros novios, han tenido que aplazar y modificar su enlace por la pandemia. La pareja, que anunció su compromiso a principios de año, tenía previsto casarse el pasado 27 de junio en la abadía de Saint-Pierre d'Hautvillers y, tal como reveló la modelo, contar con más de 300 invitados. Sin embargo, han optado por una celebración diferente y más reducida. Algo que no ha impedido que Natalia haya sorprendido con un maravilloso vestido, muy acorde a los tiempos que corren.
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Natalia ha elegido para su enlace un diseño de la firma rusa Ulyana Sergeenko Couture. Se trata de un vestido midi, elaborado en seda, que forma parte de la colección de Alta Costura Otoño/Invierno 2020/21. Una pieza de aspecto vintage que, aunque podría parecer un dos piezas, es en realidad un único vestido decorado por un elegante y sencillo cinturón que afina el talle y estiliza la silueta. Muy llamativo es también el cuello camisero de la prenda, con detalles de encaje krestetskaya strochka en color malva. Este tipo de encaje –que toma su nombre de la principal empresa rusa del sector, fundada en 1929– es una pieza artesana y símbolo de la cultura del país. Se suele utilizar en productos como manteles, servilletas o ropa de cama. Y, en este caso, en un vestido maravilloso. La modelo, siempre elegante y sencilla, ha completado el look con unos salones a juego, con los que no ha huido en ningún momento del clásico total look white que cada vez convence a más novias. Muy bonito es también su ramo, un bouquet de tendencia en el que el verde y el aspecto silvestre son los protagonistas.
La modelo, que ha sorprendido con un enlace sorpresa como hizo hace unas semanas Lily Allen, ha seguido la tónica de muchas novias actuales al elegir para su 'sí, quiero' un vestido sencillo y de una firma que no es, en realidad, de novia. La cantante también hizo algo parecido al decantarse, para su boda con David Harbour, por una maravillosa prenda de Dior que combinó con tacones de plataforma de ante negro. Una tendencia que también se extiende a novias virales como Marta, que sustituyó su vestido de Navascués por un diseño de Zara.