En los últimos años la decoración ha ganado importancia en el sector nupcial. Las mesas se presentan con mimo, se cuida la elección de la vajilla, los manteles o los centros de flores; la iluminación se cuida más que nunca, sobre todo si la boda es por la noche; hay detalles allá donde uno mire… Y se crean rincones especiales, casi siempre con una doble función, que todos los invitados quieren fotografiar. Además de la ya clásica mesa de dulce o el destinado a los detalles o a los salvatacones, uno que gusta especialmente es el destinado al relax de los asistentes. Un espacio en el que los sillones y sofás, casi siempre de terciopelo, son los protagonistas.
La composición de la imagen es de las wedding planners de Bodas de cuento.
Un sillón como protagonista
La composición de este rincón depende, en cierto modo, del tamaño que se quiera destinar a él. Si la finca en la que se celebra la boda no es demasiado extensa, una buena opción puede ser optar por un solo sillón de terciopelo como protagonista y rodearlo de pequeños elementos que aseguren la comodidad de los invitados, pero no pesen demasiado visualmente hablando. La propuesta de la imagen, compartida por la firma de invitadas BGG Couture, es ideal para bodas celebradas al aire libre en las que el minimalismo y los pequeños detalles marcan la estética principal.
Un sillón como protagonista
Que el sillón esté en el centro de la composición o sea la pieza de mobiliario principal no significa que deba ser el único elemento con peso visual del rincón. Un ejemplo muy claro lo encontramos en este montaje de la neozelandesa Floral Stylist Co. que utiliza una pieza de estilo vintage de Borrow&Beau y aprovecha una pared de aspecto desgastado para llenarla de flores, creando una especie de jardín vertical lleno de alegría y color. Una apuesta segura para aquellas parejas que quieran que todos los detalles de su boda permanezcan para siempre en el recuerdo de sus invitados.
Mejor en pareja
Hay novios que, además de la comodidad de sus invitados, lo que buscan es un rincón que todos sus invitados quieran fotografiar y en el que deseen hacerse una instantánea para compartir en sus perfiles sociales. Una premisa que lograron las wedding planners de La Petite Mafalda con este maravilloso espacio que no tardó en hacerse viral. El tono mostaza de los sillones, el arco de flores y la elegancia que transmite son las claves de su éxito.
Un rincón multiusos
Las wedding planner aconsejan que al menos un tercio de los invitados pueda estar sentados en momentos como el cóctel. Además de disponer mesas de distintas alturas con sillas, algunas parejas crean pequeños rincones chill out que, después de la cena o la comida, suelen resultar especialmente cómodos para relajarse tomando una copa. En estos casos los tonos claros combinados con la gama de los rosas y los nude suele funcionar especialmente bien, algo que vemos en la imagen, una propuesta de Bash Please.
Un rincón multiusos
Si la boda se celebra durante el día, los colores vivos pueden ser una buena opción para crear un rincón especial. Un ejemplo lo encontramos en esta propuesta diseñada por Amorology. Lo más llamativo del espacio es que, además de poder relajarse y charlar tranquilamente, los invitados pueden encontrar en él gafas de sol con las que protegerse en las horas clave del día. Una idea fácil de copiar para dar a los invitados un detalle práctico de una forma original.
Un sofá de terciopelo rosa
Si hay una opción que triunfa entre las parejas (y en las redes sociales) es la de crear un rincón en el que el protagonista sea un sofá de terciopelo rosa. Una elección que suele dar mucho juego a la hora de hacer fotos y que resulta especialmente decorativa. ¿Por qué este color y no otro? Generalmente por dos motivos: es vistoso y elegante al mismo tiempo, por lo que no se corre el riesgo de caer en excesos; suele ser sencillo de combinar con flores y plantas, con las que crear una composición más romántica y elegante. La composición de la imagen es de Nereanajera Events con flores de Chitina.
También para los novios
Cada vez es más común, en las bodas civiles, que los novios se den el sí quiero y celebren la fiesta posterior en el mismo espacio. Y, si el tiempo lo permite, la mayor parte del tiempo se pasa en el exterior. Generalmente, cuando se disponen las sillas para la ceremonia, se suele reservar un banquito con un diseño un poco más especial para los novios. Pero también hay quien prefiere sumarse a la tendencia de los sillones de terciopelo y sustituir las opciones más clásicas por propuestas tan sorprendentes como esta de Marketing for lemons.