Chiara Ferragni dio el 'sí, quiero' a Fedez en una villa rural, rodeada de naturaleza y a la italiana. Kate Moss hizo lo propio con Jamie Hince y escogió la campiña inglesa para tan memorable acontecimiento. Margheritta Missoni se decantó por un bosque centenario para su mítica boda. Al igual que estas y otras celebrities, las parejas de nuestro país también apuestan por el campo para celebrar su enlace. Este bucólico escenario es perfecto para una boda más relajada, con más misterio y muy agradable, pero el ambiente hace imprescindible un look apto para las circunstancias. Esto pasa por un vestido apropiado y que encaje en el entorno y unos accesorios que lo acompañen a la perfección. Con la inspiración de algunas de las firmas y fotógrafos más relevantes de nuestro país, recogemos los complementos que toda novia silvestre debería considerar.
Una corona de flores naturales
Sobre el pelo suelto o en recogido, las coronas de flores llevan años siendo las compañeras de novias desenfadadas y damas de honor con un punto romántico. En enlaces campestres no pueden faltar las realizadas con plantas y ramos recogidos por el entorno de la celebración. Si bien han proliferado los talleres do-it-yourself para realizar este tipo de piezas, todo profesional de la floristería podría diseñar una para la protagonista del gran día. Basta con encontrar la paleta de colores que mejor encaje con la decoración del recinto, como en la imagen.
Un sombrero con un toque especial
Aunque no son los complementos más comunes en una novia, los sombreros triunfan en las redes sociales entre recién casadas con mucho estilo y una esencia atrevida. A modo de canotier, en su versión más tradicional o como pamela chic, estas piezas se ha convertido en la alternativa al velo y la mantilla en escenarios salvajes y llenos de naturaleza. Para ir un paso más allá, hay novias que incorporan ramas o flores a este accesorio para personalizar más su look.
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Un detalle rústico para el pelo
Tocados, diademas y multitud de peinecillos, sobre el peinado para el gran día no hay nada escrito y los elementos dependen siempre del gusto de la novia. Sin embargo, en una boda silvestre hay que tener presente que demasiados accesorios pueden no estar en armonía con el look, mejor apostar por el pelo suelto o detalles de tipo rústico como cuerdas elegantes que se trenzan con el pelo, lazadas que terminan coletas o las mismas flores en un recogido. En la imagen, unos pasadores imperfectos y esculturales sobre una coleta deshecha, obra de Tête à Téte.
Un ramo silvestre
Aunque los ramos de una sola flor o los de colores intensos sean tendencia en este y el pasado año, los ramos silvestres siempre conservarán el encanto de lo salvaje, que tanto gusta a las más románticas. Ya sean de flores naturales o preservadas, este accesorio imprescindible para las novias clásicas puede convertir el look más minimalista en uno susceptible de hacerse viral. El ejemplo de Florenea (en la fotografía) demuestra que en las redes sociales también hay espacio para lo espontáneo.
Un pañuelo versátil
En la cintura, a modo de turbante o acompañando a un sombrero, como sucede en esta ocasión. Los pañuelos han pasado de ser meros objetivos decorativos a convertirse en tops de invitada, faldas informales, cinturones improvisados o complementos de bolsos y, ahora además, accesorios nupciales. En este estilismo tan especial, este diseño pone la nota de color y equilibrio algo más urbano para una propuesta silvestre.
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Joyas con un punto artístico
Aunque la alta joyería o la vintage son las reinas en las bodas de nuestro país, existen otras alternativas a considerar cuando la boda es en el campo. En el mercado existen firmas de colgantes, pendientes y pulseras, pensados para salirse de los patrones establecidos con mucho estilo y sin el miedo a perder en un bosque, en la montaña o en la campiña una pieza con historia por un despiste. Con cierres muy bien estudiados y un punto artístico, la propuesta de Luz de Nehca, ideada para estas ocasiones especiales, es, además, cómoda, polivalente y de trasfondo sostenible.
Una rebeca muy bonita
Quienes prefieren dejar a un lado los vestidos o monos para dar el sí quiero, apuestan por los estilismos con dos prendas que permiten numerosos cambios para diferentes momentos de la celebración (ceremonia, convite o baile). Aunque las camisas y blusas de mangas abullonadas son las piezas más escogidas junto a tops minimalistas, las rebecas están encontrando su espacio en el mercado. Se llevan junto a faldas sencillas y accesorios de inspiración vintage para el pelo.
Alpargatas originales
Frente a los stilettos y las sandalias de la temporada, las alpargatas, tendencia en los últimos años gracias a la estética francesa que prolifera en numerosas firmas del sector, han encontrado su hueco entre las novias más relajadas. Con flores de tul y cintas de raso y holganza, el modelo Nicolle de Lisa López es una apuesta segura, que se puede reciclar tras el enlace para multitud de situaciones.
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Una capa de cuento
Si bien queda tiempo para los meses de invierno, la realización de una capa de novia requiere de una preparación previa que no permite el momento contrarreloj. Vistas en diversos colores y de tejidos que van desde el terciopelo al lino, este complemento recuerda a los diseños primitivos que tanto abundan hoy en día en las películas de espíritu romántico de finales del siglo XVIII. Con la capa la novia obtiene dos vestidos en uno: primero el que se percibe con ella sobre los hombros y, al retirarla, uno de aspecto menos formal.