Hay novias que son bastante indecisas y no saben bien qué tipo de vestido llevarán en su boda. Estas chicas suelen bucear entre las últimas tendencias, buscar los diseños que más favorecen cada silueta y visitar varias firmas nupciales antes de decantarse por la que firmará su prenda. Además, suelen pedir consejo a su madre, hermanas o amigas, que deben ser sinceras pero respetar, en todo momento, los gustos de la novia. Luego hay otras, como Rocío Lumbreras, que tienen las cosas muy claras. "Me apasionan todos los diseños de Cortana. Su sencillez, su fluidez en las telas… tienen un sello especial, para mí era una apuesta segura. No fui a ningún otro sitio, ni vi a ningún diseñador más. No es necesario complicarse cuando tienes la idea tan clara", nos explica cuando el preguntamos por qué eligió esta firma.
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Si algo caracteriza el diseño que esta gallega –afincada en Madrid desde hace más de 15 años– eligió para su gran día es su sencillez. Se trata de un vestido de novia que podríamos englobar dentro de una de las grandes tendencias del momento: el minimalismo. Ese que invita a crear prendas de cortes limpios, elaboradas con tejidos de máxima calidad, y con una gran atención en los detalles. Pequeñas apuesta que convierten cada prenda en única e inolvidable. ¿La peculiaridad de la suya? Varias, su tejido satinado y su aspecto vintage. Un tono que llevó a Rocío a prescindir de cualquier otro color en su look nupcial.
Pero quizá, la mayor anécdota del vestido, es que fue el primero que se probó. "Lo curioso es que cuando llegue a Cortana me probé varios modelos y este fue el primero de todos ellos. Me parecía increíble haber encontrado tan rápido lo que buscaba. Mis amigas no se lo podían creer, para muchas novias es impensable que el primero vestido que se prueben en un único sitio sea el definitivo. En mi caso, así fue. No le hice cambios al vestido en sí –formaba parte de las prendas de la colección de la firma nupcial–, simplemente añadí los mitones, que era un toque muy distinto y original y además un sello muy Cortana. Además de un velo a juego, de tul de seda ambos".
Rocío coincide con otras muchas novias en que hay varias cosas fundamentales a la hora de encontrar el vestido perfecto. La primera de ellas es sentirse identificada al 100% con la prenda y no verse disfrazada. "Tenía claro que no quería nada armado, quería algo fluido que caminase conmigo y que tuviese un toque vintage. Realmente el propio estilo de Cortana me inspiró. Mi vestido es muy versátil, aunque pasen los años, su diseño es perecedero", apunta. También es importante que se trate de un diseño que favorezca la silueta. Y, por supuesto, que exista un feeling especial con el diseñador. "Raquel, de Cortana en Madrid, me cogió enseguida el punto y siempre me decía que parecía una princesa de Juego de tronos. Lo recuerdo perfectamente porque me encantaba su frase", nos cuenta.
Todo los detalles del look nupcial
Otra de las partes fundamentales del look nupcial –además del vestido, claro– es el peinado. Para su elección hay que tener en cuenta muchos factores, como la forma del rostro de la novia, si llevará velo o algún tipo de accesorio… Y, claro está, su personalidad. La gallega nos explica que su melena es uno de sus puntos fuertes. "Mi potencial es el pelo o eso me dice mi madre siempre. Soy pelirroja y siempre he tenido una melena larga, además suelo llevar el pelo suelto, es más mi estilo, por eso no dude en llevarlo suelto. Y siempre tuve claro que quería llevar velo, me parece un accesorio que te hace sentir muy novia y siempre había soñado con ponerme uno".
También cumplió con algunas tradiciones, como llevar algo nuevo, regalado y prestado. "Asimismo, lleve un pequeño lazo azul en el ramo con una medalla muy especial colgada". Hablando de ramos, el suyo, creado por Florearte, estaba compuesto por ramas largas de Limonium y astilbe de diferentes colores en tonos empolvados. Una composición que encajaba a la perfección con su vestido. ¿Y los zapatos? Unos elegantes salones de color nude de Christian Louboutin. Menos es más.
Un romántico 'sí, quiero' en Sangenjo
Rocío llegó a Madrid como muchos estudiantes, con la intención de labrarse su futuro. Ella cursó periodismo y comunicación audiovisual, pero su espíritu emprendedor hizo que hace 4 años fundara Drestip – un buscador de moda y belleza con más de 500 marcas– junto a su socia, Patricia de Juan, que fue también quien le presentó a Joaquín. "Mi socia es marbellí y fue ella quien me invitó a pasar unos días y quien me presentó a Joaquín –que es sevillano– que lo conocía de sus veranos. A pesar de conocernos en Marbella y pasar muchos años sin saber nada el uno del otro, nos reencontramos a los seis años en Londres. Él vivía allí, trabajando como arquitecto, y yo viajaba con amigas, y fue entonces cuando empezamos a salir. Hemos estado en una relación a distancia cinco años".
Después de cuatro años viviendo separados por varios cientos de kilómetros decidieron dar el paso. "Siempre había soñado con encontrar a la persona con la que compartir mi vida y casarme con ella para siempre. Desde que empezamos a salir supe que era él, siempre supe que era él. Además, me he imaginado vestida de novia desde que era muy pequeña", nos cuenta Rocío.
Se dieron el 'sí, quiero' en su tierra, Galicia. "La iglesia fue el monasterio de Poio (Sanjenjo, Pontevedra), donde se casaron mis padres y tiene un entorno precioso. Después lo celebramos entre viñas, en un sitio llamado Lagar de Pintos, que está situado en un enclave espectacular. Un valle con las viñas casi en plena vendimia con todos los matices de colores de las hojas. Lo escogí porque estaba fuera de lo habitual, era un sitio muy auténtico que cuando lo conocí, me encantó. Disfrutamos de un catering servido por Pepe Solla. Contar con ellos fue un auténtico lujo, actualmente tiene una estrella Michelin pero deberían darle tres".
Cuando le preguntamos a Rocío qué fue lo más especial de aquel día, no lo duda. "La entrada a la iglesia con mi padre, jamás la olvidare. Cuando estábamos caminando empezando a caminar me dijo unas palabras muy bonitas. Fue increíblemente especial llegar al altar y ver la cara de Joaquín, estaba nervioso y feliz. También recuerdo nuestra entrada por debajo de las Viñas con los gaiteros y un día espectacular de sol en Galicia y con mucho verde. El momento ramo fue el más divertido y especial también, se lo di a mi hermana", explica.