¿En qué reside la clave para encontrar el vestido de novia perfecto? No son pocas las veces que esta pregunta se ha planteado a diseñadores, expertos del sector nupcial e incluso novias. Para la mayoría es una prenda favorecedora, que muestra y no camufla la personalidad de la chica que la lleva, que la embellece. ¿Pero cómo se llega hasta ese diseño? Rosa Clará, en una entrevista concedida a HOLA.com explicaba que lo más importante no solo era bucear entre las colecciones, sino que las chicas se probaran las prendas. "No solo hay una foto detrás de un vestido, sino un diseño con mucha artesanía, mucha elaboración", apuntaba. Una afirmación con la que parece coincidir plenamente Evelin Nora, una novia que se casó el pasado 27 de julio y cuya elección, inspirada en la que la influencer Chiara Ferragni llevó en su gran día, fue muy aplaudida. "Muchas veces la clave para encontrar el vestido perfecto es probar diferentes diseños y así ver qué es lo que más te favorece sin estar cerrada a probar alternativas, pues no siempre la primera idea que se tiene en la cabeza va a ser la mejor elección".
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VER: El 'sí, quiero' de Evelin y Pablo que unió Hungría con España
Evelin nació en Hungría, pero asegura que siempre se ha sentido muy atraída por la cultura, la lengua y las tradiciones de nuestro país. Un motivo que la llevó a estudiar Filología Hispánica. "Ahora, tras 6 años viviendo en España, me siento una española más", nos cuenta. Se define como una persona extrovertida, emprendedora y muy creativa. Por eso no sorprende que desde sus perfiles de redes sociales, en los que trabaja para labrarse un hueco como microinfluencer, su look nupcial se haya popularizado. Ella nos explica que había ciertos detalles del vestido que tenía bastante claros desde el principio. "No tenía ninguna duda de que la espalda descubierta con detalles de encaje tenía que ser una de las partes protagonistas del diseño. Así mismo quería que la caída de la falda fuese ligera y vaporosa y que el vestido "bailase" al mismo ritmo que mis movimientos. Siempre he sido una apasionada de la moda y para crear mi diseño me inspire en distintos estilos e ideas que me gustaban. Como curiosidad, en la decisión de la largura de la manga, fue bastante influyente el diseño de Dior para la boda de Chiara Ferragni, pues me cautivó nada más verlo".
Un vestido de novia sencillo, pero muy especial
Pero como en todos los procesos creativos, el papel del diseñador fue imprescindible para dar forma a ese vestido que Evelin ya medio imaginaba. El encargado de llevarlo a cabo fue Ernerto Terrón. "Tras barajar distintas opciones y visitar varios ateliers, fue Ernesto quién desde el principio capto la esencia de lo que quería y supo dar el toque final a la idea que yo llevaba. Ya conocía sus diseños y sabía que su estilo iba en la misma línea que el mío, con un aire romántico y sencillo, en el que los detalles son los que hacen de sus diseños piezas únicas. ¡Con cada prueba de vestido me ilusionaba más y más!". Ese entendimiento o feeling con el diseñador del que habla la novia es fundamental para dar con el diseño perfecto para cada chica. Aunque ella tenga más o menos una idea aproximada del tipo de prenda que quiere, es importante confiar plenamente en el diseñador. Su misión no es solo materializar el vestido, también aconsejar sobre el tipo de detalles que harán que ese modelo pase de ser una pieza normal a un modelo único, especial.
Evelin nos explica, por ejemplo, que mientras estaban decidiendo el tipo de tejidos en los que estaría confeccionado su vestido, Ernesto tuvo la idea de incorporar a la prenda una "espectacular sobrefalda llena de detalles de encaje añadiendo largura a la cola del vestido. Pieza que después me quitaría para el baile. ¡No podía estar más satisfecha con el resultado final!". Una elección con la que ratifica que las novias buscan, ante todo, la comodidad. Esa que les permite disfrutar hasta el final de la fiesta sin preocuparse por si el vestido les resulta o no cómodo. La novia nos explica que, aunque le gusta seguir las tendencias en su día a día e incluso arriesgar con ellas, el día de su boda no quiso que fueran ellas las que captaran toda la atención. "El protagonismo lo debe tener la personalidad de la novia y que las tendencias, en todo caso, ayuden a dar un toque más allá al vestido. En mi caso sabía que quería que la base fuera algo más atemporal, para que con el paso del tiempo al volver a ver y recordar las imágenes de ese día no me arrepintiese sintiendo que es algo pasado de moda".
Tal vez por eso no sorprende que para su gran día apostara por un total look blanco que solo rompió con una bonita corona con la que adornó su peinado. Evelin se decantó por una elegante trenza desenfadada, de estilo muy romántico, con la que dar armonía al conjunto y dejar que la espalda fuera la gran protagonista. "Siempre he escapado de los recogidos más apretados, pues no siento que reflejen mi personalidad. Por otra parte, me encantan los tocados, y la corona de Puntulina fue la pieza que hizo lucir aún más mi peinado y dio el toque de color al conjunto". El otro toque de color lo puso el ramo, una selección de flores silvestres y hojas verdes, una composición muy ligera obra de Boyka de la floristería Vía Verde, que también estuvo a cargo de la decoración floral de la iglesia y la finca.
Una boda de verano en Valladolid
Valladolid es la ciudad en la que viven, desde hace años, Evelin y Pablo. Por eso no dudaron que debía ser allí y no en Hungría –país natal de ella y donde se conocieron cuando él estaba de Erasmus– el lugar en el que debían organizar su enlace. "Al querer formar parte de todo el proceso, consideramos fundamental que fuese en un sitio cercano. Lo que sí que teníamos claro es que después de ceremonia por la iglesia, la celebración tenía que ser en un espacio abierto con mucho verde, en el que el baile pudiese ser al aire libre", explica la novia. Y así fue. Después de algo más de seis años de noviazgo su historia de amor daba un nuevo paso.
Evelin nos explica que aunque aquel 27 de julio fue especial e inolvidable de la mañana a la noche. "Me acuerdo perfectamente de los nervios que vivimos el día antes de la boda para que estuviese todo a punto. Prestamos tanta atención a los detalles, que fue en el último momento cuando nos dimos cuenta que los dos nos habíamos olvidado de que teníamos que recoger el traje y el vestido, y tuvimos que ir corriendo a por ellos", asegura. Pero reflexiona y asegura que uno de los momentos más emotivos fue cuando una de sus amigas las sorprendió cantándoles en acústico una versión de Million Dreams. "En ese momento rompí a llorar como una magdalena". ¿Otra anécdota? No sabían dónde iban a realizar esa sesión de fotos que la mayoría de los novios realizan después de la ceremonia y antes de que comience la celebración. "Fue en el recorrido de la iglesia a la finca cuando nuestro fotógrafo Ivo Sousa, viendo unos campos de trigo al atardecer, decidió que era el fondo perfecto para inmortalizar ese momento".