Cuando se organiza una boda, son muchos los puntos que los novios deben tener en cuenta para que todo salga como ellos habían imaginado. No solo hay que elegir una finca o espacio que reúna las condiciones más adecuadas para celebrar el tipo de enlace que ellos desean, también contar con una decoración acorde. Cada vez son más las parejas que, siguiendo el consejo de muchos expertos, buscan un hilo conductor para todo lo que tiene que ver con el aspecto estético: papelería nupcial, decoración de mesas, creación de espacios… Pero también hay quien prefiere encontrar detalles que indiquen esa continuidad sin recurrir, necesariamente, a una temática. ¿Un ejemplo? Las flores y sus gamas, que pueden dar pistas sobre el tipo de boda en la que nos encontramos. En la composición de la imagen, del editorial La novia Rose de Impúribus, la decoración es obra de Memorias del Ayer, y la decoración floral de Maua estudio floral.
Boda clásica
Existen tantos tipo de enlaces como personalidades tienen los novios y, en los que a decoración se refiere, podríamos concluir lo mismo. Cuando hablamos de parejas clásicas generalmente nos referimos a aquellas que quieren celebrar una boda más o menos tradicional en la que, aunque haya detalles de tendencia, lo de siempre tenga un peso especial. Este tipo de enlaces, que casi siempre se celebran en una iglesia, suelen prestar una gran atención a la decoración del templo. Aunque hay muchas formas de adornarlas, esta propuesta de Elena Suárez & Co., con macizos de flores en la entrada de la iglesia nos encanta.
Boda clásica
Ese clasicismo o esa tradición también se deja entrever en el lugar de celebración y, más concretamente, en la mesa. Eso sí, con unas notables diferencias en comparación con las piezas utilizadas hace años. Si antes los centros de mesa blancos eran los más solicitados, ahora se llenan de notas de color. Tonos que casi siempre están presentes en el resto de detalles y que suelen tener una relación más o menos directa con el look nupcial. El estilo clásico se deja entrever en el tipo de flores, entre las que casi siempre es posible ver rosas u orquídeas. En la imagen, una propuesta de ArteBoda.
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Estilo romántico
Hablar de romanticismo en el mundo nupcial podríamos considerarlo algo obligatorio pero, con todo, hay parejas que deciden dar a su enlace –a través de diferentes elecciones– un aire más enfocado a este camino. Esto se suele traducir en la utilización de plantas combinadas con otros accesorios, como bolas de cristal o velas, con las que conseguir aportar un aspecto más cálido e íntimo a las celebraciones. En la composición de la imagen, de Elena Suárez & Co., vemos como la combinación del verde con el cristal da un aspecto romántico a la zona.
Estilo romántico
El nuevo romanticismo no solo se traduce en flores de tonos rosas y de un tamaño más o menos reducido, también en detalles campestres con los que conseguir una decoración bucólica que hable de refilón de ese nuevo estilo tan popular en las bodas de 2020. En esta mesa propuesta por la wedding planner Itziar Ortuondo lo encontramos tanto en las pequeñas flores en tonos rojos y granates que decoran el centro de la composición como en el tablero de la mesa descubierto y los elementos de mimbre trenzado.
Sí al minimalismo
Con esta tendencia sucede un poco como en el caso anterior. No se trata de una muestra literal de lo que, hace años, podía significar este estilo, sino más bien de una reinterpretación. En la iglesia, por ejemplo, podría traducirse en la utilización solo de elementos en tonos verdes, llenos de sencillez, con los que dar un aspecto más acogedor al templo sin la necesidad de recurrir a un sinfín de centros florales. La composición de la imagen, obra de Joan Conejo, podría encajar dentro de este estilo a pesar del tamaño medio de los adornos.
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Sí al minimalismo
En la mesa ese minimalismo sí se traduciría en la ausencia de elementos superfluos y en el uso de centro florales de un tamaño más bien reducido, en los que el blanco o los tonos pastel son los absolutos protagonistas. En la propuesta de la imagen, de las wedding planners de Weddings with love, vemos como los anaranjados funcionan fenomenal son los blancos y que la ausencia de mantel puede ser un gran acierto en las celebraciones de los meses venideros.
Boda bohemia
Situada en el extremo contrario de los enlaces más clásicos, este tipo de celebración tiene lugar en un espacio poco convencional, y la playa suele ser uno de los preferidos. Igual que el emplazamiento de la celebración no es el más recurrente, tampoco lo son las plantas y flores con las que se adornan. En esta propuesta de María Limón vemos que los tonos anaranjados sustituyen a los blancos y los verdes más oscuros, propios de las hojas de palma, a los tonos más claro a los que estamos acostumbrados.
Boda bohemia
En la mesa estos elementos se combinan con otros adornos poco habituales, como pueden ser las plumas, siempre en tonos empolvados, que ayudan a dar un aspecto más elegante a la composición. También es habitual llevar esos tonos salmón a otros elementos de la mesa, como las velas. Esa decoración bohemia se deja entrever también en la elección del menaje, la cristalería y, si la mesa carece de mantel, del tejido de las servilletas. La original propuesta de la imagen es de María Limón.
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