Cuando una pareja está organizando su boda, tanto si es con ayuda o no de una wedding planner, lo normal es contar con un calendario en el que estén más o menos marcados los pasos que deben seguir en cada momento. La finalidad de este tipo de listas no es otra que evitar agobios de última hora y se descuide algún detalle. La novia, además, suele contar con uno especialmente pensado para ella en el que además de las pruebas del vestido se incluyen tratamientos de belleza o cuidados con los que lograr una piel radiante y una melena preciosa. Yael Maquieira, make up artist especializada en novias y encargada de favorecer a María y Marta Pombo en sus respectivas bodas, nos explicó que ciertas rutinas como un buen cuidado facial diario o un diseño de cejas a medida, eran muy importantes para lograr unos mejores resultados. Pero hay otros cuidados que no conviene olvidar, como mimar las manos y las uñas.
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Pocas veces las manos de una mujer son tan fotografiadas como en el día de su boda. Y no solo porque el intercambio de alianzas sea uno de los momentos más esperados y merezca la pena conservar un recuerdo gráfico para el futuro. No conviene olvidar que la novia suele lucir su anillo de compromiso, lleva un bonito ramo de flores naturales o preservadas, los abrazos se multiplican, se entregan regalos a los invitados más especiales… Momento en los que las manos son más protagonistas de lo que solemos imaginar y que llevan a la mayoría de las chicas a buscar soluciones para que su manicura sea un elemento más del look nupcial.
El esmalte, una cuestión de gusto
Lo más habitual, hasta hace algunos años, era que las novias eligieran para sus uñas la clásica manicura francesa o tonos rosa o nude de lo más discretos. Meghan Markle, por ejemplo, apostó para su boda con el príncipe Harry por un color muy natural, con el que no arriesgó y siguió el protocolo que exige la Casa Real Británica. Sin embargo, cada vez es más frecuente ver chicas que optan por opciones más sorprendentes y llamativas. "Cada vez tenemos menos reglas en nuestra vida y lo mismo pasa con las uñas. Ya no es obligatorio llevar las uñas combinadas con el color de tus labios, por ejemplo. Así que también las novias son más libres en sus elecciones. A menudo las llevan en los tonos de su ramo de flores, su cinturón… o cualquier otro detalle más llamativo", nos explica Sofía, una de las dos socias de Siberia Salon.
Uno de los ejemplos más llamativos lo encontramos en la elección de la estilista danesa Trine Kjær que, en su enlace con el Dj Nicholas Kawamura, eligió el azul para sus uñas. Una forma de romper con todos los cánones que, hasta hace unos años, perseguían a las novias y de introducir de forma muy original ese 'algo azul' en el look nupcial. Aunque su caso es muy especial, no es la única que ha decidido prescindir de los rosas, los nude o la manicura francesa. María San Martín, una de nuestras novias virales, eligió un rojo intenso, de lo más bonito; Elisa, la novia del vestido de tweed, prefirió el granate, un tono muy similar al que coloreó las uñas de Marián, la novia santanderina del vestido '3 en 1'. Luego está Alba, que además de apostar por un vestido asimétrico de Beba’s –más corto por delante– prefirió una manicura en un elegante negro.
Aunque los colores claros se siguen solicitando en los salones y, en opinión de muchas expertas, son una apuesta segura ya que permiten llevar las manos arregladas y bonitas sin llamar la atención, Sofía nos explica que cada vez se busca una mayor originalidad. Por ejemplo, en el caso de la manicura francesa, la línea blanca se puede llenar de glitter o hacer de cualquier otro color. También incluir detalles de nail art. Pero lo que las elecciones de las novias citadas anteriormente parece dejar claro es que cada vez más chicas siguen las tendencias para el día de su boda también en las uñas. "Se nota menos en la gama de colores y más en los diseños y en la forma de las uñas. Últimamente, a casi todas las novias le hacemos alguna decoración, en el 90% de los casos les apetece justo en este día tan importante llevar algo especial y único en sus uñas. Hace 5 años las novias no eran tan atrevidas, elegían la manicura francesa clásica, sin ninguna novedad", apunta Sofía.
La manicura más bonita
Las manos, igual que sucede con la piel, hay que cuidarlas como parte de una rutina diaria. Aplicar cremas nutritivas e hidratar la cutícula forman partes de las recomendaciones de cualquier experto. También hay quien propone exfoliarlas una vez a la semana para que los bálsamos que apliquemos penetren mejor. Sofía explica que si la novia se hace la manicura en un salón, se "puede olvidar de sus uñas y ocuparse de otras obligaciones. Por este motivo, siempre recomendamos entregarse a las manos de profesionales". Así no tendrá que encargarse de darles la forma adecuada, retirar la cutícula correctamente o eliminar las antiestéticas pielecitas que a veces aparecen alrededor.
Otro de los aspectos que suele preocupar a las novias al pensar en la manicura para su gran día es si optar por un esmaltado tradicional o recurrir a productos de mayor duración. "Depende de los gustos y preferencias de la novia. La manicura normal es mejor hacerla un día antes de la boda para tener las uñas perfectas. Suele durar 7 días y luego la novia se la puede quitar sola en casa", nos explica Sofía. Esta opción puede ser adecuada para aquellas novias que no tengan que viajar y no se sientan agobiadas con la idea de dejar algunos detalles, como este, para el último momento. Pero también hay otras opciones. "La manicura semi permanente, permanente o las extensiones se tienen que hacer 2-3 días antes de la boda. Esta manicura aguantará 3 semanas y hasta un mes. La novia puede disfrutar de la luna de miel con la manicura perfecta", añade la experta. Eso sí, aunque es posible quitarla en casa si no hay más remedio, recomienda acudir al salón para retirarla. De ese modo asegurarán que su uña no se daña y que está tan bonita como antes de aplicar estos productos.