Familiarizarse con todos los términos relacionados con el mundo de la organización nupcial no es tan sencillo como parece. Muchos son en inglés y lo normal es que no hayas escuchado hablar de ellos hasta no haber estado inmersa en los preparativos de vuestro enlace. Aunque el mundo de la papelería tiene sus propios nombres, lo cierto es que la organización de las mesas es lo que más quebraderos de cabeza suele dar a los novios. ¿Los motivos? En primer lugar, por lo complicado que puede resultar encontrar el sitio más adecuado para cada invitado, y porque conocer la diferencia entre seating y sitting, dos palabras que guardan una cierta relación, te ayudará a conseguir que tu boda sea de diez.
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La personalización se ha convertido en una tendencia que todos los novios siguen en su enlace. Y no solo implica elegir un vestido de novia o un chaqué elaborado con mimo. También unas invitaciones o una decoración que refleje la personalidad de la pareja. Entre esos rincones imprescindibles que nunca pueden faltar en una boda, y que ayudan a darle un toque mucho más cuidado y personal, no falta el seating. Este término hace referencia al protocolo, o lo que es lo mismo, a la distribución general de los invitados en las mesas. Ideas para crear estos espacios hay muchas, casi tantas como parejas que deciden dar un paso más en su relación. Algunos eligen flores para crear con ellas un rincón de lo más romántico; otros apuestan por botellas de vidrio recicladas para presentar de una forma muy original la distribución; los espejos con formas geométricas y los nombres rotulados sobre ellos gustan cada vez más; e, incluso, hay quien apuesta por sujetar con pinzas estos pequeños carteles a unas cuerdas.
Podríamos concluir, por tanto, que el seating es obligatorio. El sitting no tanto. Este otro término hace referencia a ese pequeño cartel que se suele ubicar sobre la servilleta, al lado del plato o sobre el mismo y en el que figura el nombre de una persona concreta. Es decir, indica la posición que un determinado invitado ocupa dentro de la mesa. Aunque esta tarea es más complicada para los novios, que tienen que decidir no solo en qué mesa se sentarán, sino quién tendrá a su lado cada invitado, es cierto que cada vez más parejas apuestan por hacerlo. Una forma de asegurar que todos disfrutan de la compañía desde el principio hasta el final de la celebración. Para el sitting se suelen elegir pequeñas tarjetas con una caligrafía muy cuidada y cuyo diseño guarda cierta relación con el resto de la papelería de la boda.
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La importancia de un seating en la boda
No es casualidad que ambos elementos tengan un lugar cada vez más destacado en las bodas. Además de ayudar a los invitados y tener una función práctica, juegan un papel fundamental dentro de la decoración. Los seatings, por ejemplo, ayudan a definir perfectamente la temática y el estilo de la boda. Generalmente, cuando los invitados llegan al lugar en el que tendrá lugar la celebración, después de la ceremonia, una de las primeras cosas que hacen es consultar la mesa en la que estarán ubicados. Este rincón es, por tanto, otra carta de presentación. Lo normal es que, si la decoración de las mesas está compuesta por flores de unas tonalidades concretas, el seating también las incorpore, o que, si los novios han optado por los viajes como temática principal de su enlace, también se deje entrever en este rincón.
En esos casos lo más importante es no ponerse límites y dejar volar la imaginación y el ingenio hasta encontrar un diseño que encaje perfectamente con lo deseado. Los expertos aseguran que en las bodas es mejor no quedarse con las ganas de probar algo solo por el hecho de pensar que es una locura. Un ejemplo es este original diseño (en la imagen superior) que unos novios madrileños propusieron en su enlace. Su seating estaba propuesto como un panel similar al que podríamos encontrar en los aeropuertos, en los que se indica el número de vuelo y la hora de despegue. En él los invitados podían encontrar su nombre y su destino.
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Motivos para decir sí al sitting
Aunque implique una mayor carga de trabajo para los novios, el sitting suele gustar mucho a los invitados y puede tener más de una utilidad práctica para los novios. En primer lugar, es sencillo colocar juntas a las personas que tienen una mayor afinidad con la clara intención de que disfruten al máximo de la comida o la cena. Algo que, cuando los invitados eligen sus sillas, no siempre es posible conseguir. Por otro lado, cada vez es más frecuente que los novios quieran entregar un regalo personalizado para cada persona o tener un detalle especial con determinados invitados. De ese modo es posible dárselo sin necesidad de hacerlo en un momento puntual de la celebración y sin la necesidad de que se enteren todos los asistentes.
El sitting o marcasitios forma parte de la papelería nupcial y, por tanto, lo más aconsejable es que guarde una cierta relación tanto con las invitaciones como con los menús que, además, estarán ubicados muy cerca. Aunque pueden tener un diseño propio, los modelos minimalistas, decorados por un mínimo detalle suelen ser los más aplaudidos. Lo más importante en este tipo de carteles es que la caligrafía esté muy cuidada. Por eso no sorprende que aquellas que recuerdan al trazo manual gusten especialmente. Además, al optar por este tipo de opciones, es fácil que el resultado final –la unión de la vajilla, la cristalería, el mantel, el centro de mesa y el menú– no resulte excesivo, sino más bien todo lo contrario. Recuerda que en este caso, como en muchos otros que rodean la organización de la boda, el menos casi siempre es más.
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