La personalización en las bodas ha pasado de ser una tendencia a una obligación. Las parejas quieren que su estilo se reconozca en todo: desde la decoración a las invitaciones. Aun así no todos se atreven a desafiar los cánones establecidos, y muchos aún optan por lo clásico y con poco riesgo. Pero también están esos novios que quieren un punto intermedio, el que marcan las últimas tendencias. Aunque en los últimos meses hemos descubierto que las luces, por ejemplo, no pueden faltar en una boda celebrada en el exterior, son muchas las opciones que se terminarán de perfilar en este 2020.
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Luces y más luces
Cuidar la iluminación en las bodas es importante. Sin embargo, cuando hablamos de celebraciones al aire libre, las luces tienen un papel especial. "Es capaz de transformar un lugar. Para nosotras la partida más importante de una boda de noche, donde debes sorprender a tus invitados creando magia a través de la iluminación", explican desde Bambarela.
Decoración eco
Cada vez somos más conscientes de la importancia de cuidar el planeta y de apostar, en la medida de lo posible, por productos ecológicos. Esta tendencia no solo se deja ver en sectores como la moda o la belleza, también en las bodas. Cada vez son más las parejas que apuestan por papel reciclado para sus invitaciones, que dan a sus invitados un detalle que eco friendly y quienes apuestan por mobiliario que se ha creado bajo estos estándares.
Vegetación salvaje
Hasta ahora las flores elegidas para adornar las mesas, pequeños rincones o incluso para confeccionar el ramo de las novias eran casi siempre de color blanco y cultivadas. Pero cada vez es más frecuente encontrar en su lugar flores silvestres. Este tipo de vegetación encajan perfectamente con el ambiente más distendido y relajado de las actuales bodas en las que los elementos del mundo rural siguen teniendo un gran peso.
Tarta no, rincón de dulces
Todavía hay novios que mantienen la tradición de cortar la tarta, pero cada vez son más los que apuestan por sustituir este postre por un rincón de dulces en el que haya mucho más que golosinas. Macarons, pequeños pasteles, cupcakes, helado, donuts... Solo hay que dejar volar la imaginación para sorprender a los invitados con el bocado más dulce y tentador.
Mesas con mucho detalle
Encontrar el punto intermedio entre lo excesivo y lo necesario se ha convertido en el pulso constante de floristas, decoradores y wedding planners. Se llevan las mesas bien decoradas, con un buen número de adornos en las que los candelabros y las velas, junto a inmensos centros de flores, son los protagonistas de estas mesas llenas de detalle. Eso sí, conviene elegir variedades con poco aroma para no entorpecer el sabor de los platos.
Estampados y texturas
Los rincones siguen siendo uno de los imprescindibles de cualquier boda. Ya sean espacios creados para colocar un determinado aperitivo, permitir que los invitados cojan un regalito o se puedan sentar durante el cóctel o el baile, tienen un punto en común. Se busca crear lugares cómodos y estéticamente agradables, algo que los expertos consiguen combinando estampados y texturas, con los que aportar un aire estiloso y confortable.
Sin manteles
Aunque hay opciones muy originales con las que dar un toque de modernidad a las mesas, existe la tendencia, cada vez más extendida, de eliminar los manteles y dejar la mesa al descubierto. Eso sí, no se trata de cualquier diseño, sino mesas de madera sobre las que se colocan vajillas llenas de detalle, cristalería de color y centros de mesa casi siempre en tonalidades verdes.
A todo color
Hace unos años hablar de decoración nupcial era hacerlo de blanco. Ese era el tono elegido para manteles, vajillas, flores... Pero la hegemonía de este color parece haber terminado. Aunque hay quien opta por elegir una gama cromática para todo lo relacionado con la boda –desde las invitaciones a las flores–, cada vez es más común que los novios se decanten por una mezcla variada de colores alegres y llamativos en los que los naranjas, los rojos o los amarillos suelen ser los dominantes, sobre todo en verano.