Montse y Andrés tenían 18 años cuando se conocieron. Su historia fue como la de muchos: un colegio mayor, fiestas y reuniones de amigos, quedadas, conversaciones de teléfono… aunque una tarde de cine fue el preámbulo de todo. "Me envió a mi habitación un sobre con dos entradas. Me hizo muchísima ilusión. Desde entonces no nos hemos separado. Llevábamos siete años juntos cuando, en la Noche de San Juan, Andrés dio el paso de pedirme matrimonio", nos cuenta Montse. La melillense explica que siempre tuvo claro que quería casarse, pero era algo que no había hablado demasiado con su pareja. Por eso cuando llegó el momento de la pedida la sorpresa fue aún mayor, tanto que estuvo varias semanas "en una nube".
Descubre, foto a foto, la boda de Montse y Andrés en Málaga
Elegir el vestido de novia es uno de los pasos que más tiempo ocupa en la organización de una boda. Después de la pedida y de haber elegido el tipo de enlace que la pareja desea –el momento del día más adecuado y el lugar en el que se celebrará–, llega el momento de elegir el diseño nupcial. "Tenía claro desde el principio que quería llevar dos vestidos. Creo que fue una decisión súper acertada ponerme un vestido mini para la fiesta. Además de que me encantó cómo fue el resultado, estuve muy cómoda. De hecho, es la vez que más cómoda he estado en una boda", apunta Montse. La melillense eligió a Fernando Claro para crear sus dos vestidos nupciales. Uno de los diseñadores preferidos de personalidades como Eugenia Osborne o las influencers Alexandra Pereira, Marta Lozano o María Pombo que, siempre que pueden, eligen sus creaciones. Dos looks de novia que no tardaron en hacerse virales cuando Montse compartió las primeras fotografías.
El primero de ellos, el que llevaba cuando entró del brazo de su padre a la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, ubicada en Málaga, era largo. Un elegante vestido con una bonita cola y una espectacular lazada en la espalda. Muy llamativa era también la falda. Y es que, visto de frente, muchos podrían haber asegurado que Montse llevaba un dos piezas, ya que parecía que la falda con botones en la parte delantera y el cuerpo ceñido, y de manga corta, formaban parte de dos diseños diferentes. Como complemento, la melillense optó por unas sencillas sandalias blancas con las que consiguió estilizar aún más su figura. Un accesorio que mantuvo durante buena parte de la celebración y que luego sustituyó por unas cómodas alpargatas con las que consiguió bailar toda la noche. Su segundo vestido, pensado para poder disfrutar de la fiesta, se elevaba varios centímetros por encima de las rodillas. Y se entallaba ligeramente, potenciando y favoreciendo su silueta. Un modelo que también fue muy aplaudido en las redes sociales.
Pero quizá, uno de los detalles más llamativos es que Montse rompió con una de las reglas más habituales de las novias actuales: introducir algún elemento de color en su estilismo. "Otra de las cosas que tenía muy clara desde el principio es que quería ir completamente de blanco, siempre me han encantado las novias con un total look blanco", apunta. Así rompió con la tradición de incluir algo azul –al menos de forma muy visible–, pero no quiso renunciar a lo de lucir algo prestado. "Llevé una pulsera de brillantes que mi abuelo le regaló a mi abuela por su 50 aniversario y nos hizo mucha ilusión tanto a ellos como a mí".
Originalidad y detalles con los que conquistó no solo a sus invitados, también a expertas del sector nupcial y anónimas apasionadas de este mundo que mostraron su aprobación a golpe de like. Fue precisamente la originalidad lo que llevó a Montse a decantarse por Fernando Claro, eso y la naturalidad que emanaban tanto él como su hija Beatriz en las reuniones. "Para mí lo más importante es encontrar a un diseñador con el que sientas feeling. A partir de ahí, todas las ideas irán surgiendo con muchísima facilidad y te sentirás tranquila y feliz durante todo el proceso", apunta.
Un día lleno de magia
El pasado 28 de junio Montse y Andrés se dieron el 'sí, quiero' en Málaga. Una ciudad con la que sienten un vínculo muy especial pese a no ser originarios de ella. "Andrés es de Alicante, yo de Melilla y actualmente vivimos en Barcelona, pero por motivos de trabajo –él actualmente es jugador del RCD Espanyol de Barcelona– cada cierto tiempo vamos cambiando de ciudad. En el momento en que me pidió matrimonio vivíamos en Málaga, una ciudad que nos encanta y en la que hemos sido muy felices. Es preciosa, con un ambiente increíble y no dudamos ni un segundo en celebrar uno de los días más importantes de nuestra vida allí". Para que todo saliera perfecto contaron con la ayuda de Marta Cañete, de Lovely Sense, con la que trabajaron mano a mano en un proceso muy divertido. El resultado puede verse en las fotografías, en las que todo parece cuidado hasta el extremo.
Un día mágico en el que también hubo hueco para las anécdotas: desde la preciosa carta que Macarena, hermana de la novia, escribió a su hermana, hasta el poema que le leyeron sus amigas y que culminó con la canción Amigas para siempre versionada por Cosita Wena, el grupo favorito de Montse. Aunque quizá la historia más divertida de aquel día la protagonizaron los novios. "Alquilamos un coche clásico descapotable para el trayecto de la Iglesia a la finca, pero lo que no tuvimos en cuenta fue que el recorrido se hacía por la autovía. A pesar de que el conductor nos llevó muy lentos, el aire soplaba muy fuerte y tanto Andrés como yo acabamos totalmente despeinados, ¡parecía que nos habíamos peleado por el camino!", concluye Montse.