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Dos semanas después de que Sergio Ramos y Pilar Rubio se dieran el 'sí, quiero' en la Catedral de Sevilla, el histórico enclave ha vuelto a acoger una mediática boda, en este caso la de Rocío Osorno y Coco Robatto. La diseñadora y el asesor económico pasaron por el altar acompañados de numerosas influencers que nos dejaron looks de invitada para el recuerdo. Sin embargo, los vestidos protagonistas fueron, como no podía ser de otra manera, los dos diseños que llevó la novia en su gran día, ambos ideados por ella misma. Si el primero destacaba por su sencillez y elegancia, el segundo, que escogió para el baile nupcial y la posterior fiesta, mantenía esa sofisticación tan característica de la andaluza pero añadía varios detalles más modernos que la convertían en una auténtica princesa de cuento.
Para la iglesia, Rocío quiso conseguir una imagen más clásica y acorde a la situación, por lo que optó por un modelo de líneas minimalistas con manga francesa, escote en la espalda y falda en línea 'A'. Sin embargo, por la noche se cambió a una pieza con una estética más fiestera con el que, además, obtenía mayor facilidad de movimiento y comodidad. Haciendo frente a la ola de calor con estilazo, se puso un vestido de tirante fino con bustier tipo corazón y pronunciado escote en la espalda. Contaba con cuerpo brillante bordado con delicada pedrería y falda vaporosa confeccionada mediante numerosas capas de tul.
Para acentuar esa imagen de princesa que tanto enamoró a sus seguidores, mantuvo el tocado tipo corona de la firma Marucca que lució en la ceremonia, una pieza con motivos florales cuajados de pedrería y pequeñas perlas. Sí que cambió de peinado, puesto que optó por una imagen más relajada al renunciar a su moño bajo deshecho para soltar su melena, que quedó peinada en un discreto semirrecogido con ondas suaves.
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