El entorno, el tipo de ceremonia, la capacidad de invitados... Al elegir un lugar para casarse entran en juego varios factores pero el vínculo sentimental es en muchos casos una de las cosas que más pesan en la balanza cuando toca decidirse por un sitio u otro. Algunas novias lo tienen claro desde el principio. Es el caso de la influencer María Pombo. Cantabria es para ella su mejor sitio de vacaciones y el punto de encuentro con la familia a la que tanto quiere y con la que pasa grandes momentos a lo largo del año. No es casual que Pablo Castellano eligiera el norte y no Madrid, su lugar de residencia, para pedirle matrimonio. Unos amigos comunes los presentaron en una playa cántabra, la misma en la que ella veraneaba y se convirtió en el lugar que Pablo eligió para entregarle el anillo de compromiso. Un acantilado que aparece, a modo de acuarela, en sus invitaciones de boda. Por eso su enlace del próximo 22 de junio debía celebrarse aquí. ¿El lugar elegido? Castañeda.
Exclusiva HOLA.com: Así fue el anillo de compromiso que Pablo regaló a María
La primera parada será Socobio, una pequeña localidad del municipio de Castañeda, en Cantabria. Situada a 90 metros sobre el nivel del mar, en esta población residen poco más de 200 habitantes y cuenta con una joya arquitectónica declarada Bien de Interés Cultural: la Colegiata de Santa Cruz. Esta construcción de estilo románico gótico, está situada en la parte alta del pueblo. Aunque los primeros datos que se tienen de ella corresponden al siglo IX –cuando era un monasterio benedictino–, en el siglo XII se convirtió en colegiata y se inició la construcción de un edificio de estilo románico del que se conserva gran parte. Con el paso de los siglos la construcción se fue ampliando hasta dar como resultado un enclave en el que conviven diferentes estilos arquitectónicos y que albergará la ceremonia religiosa que unirá a María y Pablo.
Los 300 invitados que prevé invitar la pareja (sin compromisos, solo familia y amigos, tal como explicó en preguntas respondidas a sus fans) se trasladarán después a la Finca de San Juan para la celebración. La hostería, fundada en 1983 por María Rosa Fernández-Pacheco de Alvear, con quien María compartió una foto en sus redes sociales hace algunas semanas, está ubicada a 26 kilómetros de Santander y a escasos cinco minutos en coche de la Colegiata, para facilitar la llegada de los invitados. Este espacio, que ganó el Premio Nacional al mérito turístico, está conformado por una casa-palacio llena de historia y la ermita de San Juan Bautista, que da nombre a la finca. El amplio patio que las separan y las zonas ajardinadas que las bordean son ideales para el cóctel.
Aunque el restaurante dispone de tres salones totalmente independientes con una capacidad para 500 personas, la finca también dispone de una carpa exterior, perfecta para celebraciones al aire libre en los meses de buen tiempo. Su capacidad de 300 personas invita a pensar que ese podría ser uno de los rincones en los que podremos ver a los invitados de María y Pablo, pero habrá que esperar hasta el 22 de junio para confirmarlo. También será necesario esperar un poco más para conocer los pormenores del menú elegido por la pareja. Lo que sí podemos adelantar es que la mezcla de cocina tradicional con platos más innovadores suelen caracterizar las propuestas gastronómicas de su catering. Y también algunos detalles del vestido de la novia y de las joyas que serán exclusivas y estarán hechas a medida por Suarez.
Laura Melilla y Laura Losada (a quien vimos vestida de novia también el verano pasado con joyas de Suarez) son las wedding planner de La Petite Mafalda y las encargadas de ayudar a la pareja a organizar la boda y conseguir que, el día del enlace, todo salga de maravilla. Por eso será fácil predecir que la boda estará repleta de detalles en este precioso entorno cántabro que promete hacer del primer fin de semana del verano el mejor del año para los novios y sus invitados.