¡Comienza la cuenta atrás! Apenas quedan unas horas para que Mónaco se vista de gala y acoja los festejos con motivo de la boda de Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam, un gran evento en el que se espera que se de cita la Familia Real al completo. De nuevo, el principado hará gala de su característico glamour, y el mundo entero está impaciente por descubrir los impactantes looks de Carolina de Mónaco, Beatrice Borromeo, Tatiana Santo Domingo y demás invitadas que, seguro, deslumbrarán tanto en la ceremonia como posteriormente. Sin embargo, inevitablemente todas las miradas estarán puestas en Carlota, cuyo vestido se mantiene en el más estricto secreto, aunque eso no ha impedido que se realicen numerosas apuestas y especulaciones en torno a él.
La nieta de Grace Kelly ha logrado coronarse como una de las royals más roqueras y modernas a nivel internacional, y, pese a que es fiel a la sofisticación propia de una princesa, le gusta añadir detalles diferentes a sus conjuntos, algo que también cabe suponer que haga con su look nupcial. Parece poco probable que opte por cederle el absoluto protagonismo al chantilly como hicieran su abuela, su madre o las mujeres de sus hermanos en sus respectivos enlaces, aunque, tratándose de ella, es capaz de romper con la imagen que sus seguidores tienen en mente y dar un giro de 180º. Analizando sus apuestas en los grandes eventos y alfombras rojas, podemos esperar que opte por un diseño de líneas depuradas y base minimalista que agregue algún toque rompedor, como aberturas estratégicas, plumas o incluso alguna lentejuela.
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En cuanto a la firma, todo apunta a Chanel, y es que resultaría el mejor homenaje que Carlota podría hacerle al fallecido Karl Lagerfeld. El alemán mantenía una estrecha relación con la familia al completo, en especial sentía un vínculo especial con la princesa Carolina, quien explicó tras su muerte que definir lo que la unía al Káiser de la moda era complicado. Sin embargo, el factor sentimental no sería el único motivo que empujaría a la futura novia a escoger un diseño de la maison para pasar por el altar, sino que ya ha demostrado en importantes ocasiones que, además de sentir afecto por ella, tiene debilidad por sus prendas. Desde el Baile de la Rosa -en el que participaba como organizador el propio Lagerfeld- hasta la boda de Alberto de Mónaco, donde causó sensación con una creación de la colección de Alta Costura de 2011, la casa fundada por Coco Chanel ha acompañado a Carlota en citas muy señaladas.
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Otros nombres que no se descartan son el de Alessandro Michele o Anthony Vaccarello, dos hombres que también la han vestido recurrentemente. De hecho, el segundo lleva dos años siendo su cita para acudir a la mediática Gala MET, y la ha encumbrado como una de sus musas. Pese a todo, la imagen rebelde y absolutamente cañero propio del director creativo de Saint Laurent no terminaría de encajar en un look nupcial, aunque se trate del de la royal más moderna del momento. No sería extraño, sin embargo, que se decantara por él para un segundo estilismo, quizás en la fiesta posterior a la ceremonia oficial. Siguiendo el ejemplo de su cuñada Beatrice Borromeo o el de otras royals como Meghan Markle, Kate Middleton o la más reciente Lady Gabriella Windsor, podría sustituir el vestido del enlace oficial por otro más rompedor para la fiesta. Quizás una pieza corta, similar a las que ha llevado recientemente, con las que presume de piernas infinitas.