A finales de 2017 el naked dress se había convertido en uno de los vestidos más buscados por las novias. Según datos de una encuesta realizada por la firma Grace Loves, más del 30% de las mujeres que se casaron durante ese año eligieron este tipo de diseño. En 2018 también se clasificó como uno de los favoritos. Algo fácil de comprobar al analizar las propuestas de buena parte de los diseñadores nacionales e internacionales que incluyeron, en sus colecciones, vestidos que combinaban transparencias y encaje. Ahora los creadores han ido un paso más allá en sus experimentaciones hasta alcanzar lo que podríamos calificar como el nuevo sexy.
Aunque todavía se coló algún naked dress entre las propuestas que Yolancris presentó en Valmont Barcelona Bridal Fashion Week, la firma mostró una colección renovada. Así, en lugar de vestidos ajustados al cuerpo y profusión de encaje para desvelar las formas femeninas, las creativas optaron por diseños de aspecto liviano y llenos de movimiento. Eso sí, siempre con presencia de transparencias que, a veces en las mangas y otras en las faldas, hacían más sensuales los vestidos. Pero quizá, una de las peculiaridades de los diseños es que muchos dejaban entrever la ropa interior, al pronunciar sus escotes y aberturas en la falda hasta límites casi insospechados. Una tendencia que, aunque ya habíamos visto entre las invitadas más atrevidas, hasta ahora no se había explorado en el mundo nupcial.
Firmas internacionales como Savannah Miller o BHLDN llevan varias temporadas integrando los corpiños y corsés en sus vestidos, haciéndolos perfectamente visibles. Una tendencia que Berta Bridal ha demostrado que sabe interpretar con éxito. Sin embargo, la firma israelí, catalogada por muchos expertos como una de las más sensuales, ha ido un paso más allá. En el desfile de su última colección, celebrado en el marco de New York Bridal Week, descubrimos diseños que, una vez más, trataban de favorecer la silueta femenina y de reclamar ciertas dosis de sensualidad también para el día de la boda. Sin embargo, entre propuestas con escote bustier y siluetas ceñidas al cuerpo, llamó la atención un diseño de Muse by Berta.
Se trata de un vestido de crepé blanco con un vertiginoso escote en 'V' que se alarga hasta el ombligo y una abertura que termina cerca de la cintura. Para conseguir que el diseño resulte más fácil de llevar, incorpora una especie de body de pedrería y transparencias que se ve a cada paso. Una prenda con la que se une, también, a esa novedad de mostrar la lencería o, al menos, simularlo. La firma, que en los últimos años da el nombre de una ciudad a las colecciones de esta línea –que se convierte también en el escenario elegido para fotografiar su lookbook–, eligió Milán para sus propuestas más arriesgadas.