Celebrar el día más importante de una pareja dentro de un entorno idílico se está convirtiendo en una de las prioridades de los futuros novios de cara a los preparativos de su boda. En el afán por encontrar la finca perfecta, hemos descubierto lugares tan mágicos como antiguas fábricas de harina rehabilitadas, frondosos bosques a las afueras de las grandes ciudades o invernaderos de flores entre cuyas paredes de cristal han tenido lugar las bodas más especiales de la temporada. Precisamente, hace unas semanas descubríamos La Huerta de Cubas, un recinto cerca de Santander que supone un flechazo inmediato para las parejas que lo visitan. A tan solo 60 kilómetros de ahí, en la localidad cántabra de Las Fraguas, encontramos el lugar ideal para celebrar las boda de las parejas más cinéfilas o, simplemente, de aquellas que estén buscando el lugar más enigmático del norte de España para casarse.
Adentrarse en La Casona de las Fraguas es viajar a finales del siglo XVII. Sus gruesos muros de piedra dan la bienvenida al visitante que, inmeditamente, se siente sobrecogido por la misteriosa belleza de este noble conjunto arquitectónico. Ubicada a poco más de media hora de Santander, se levantó por encargo de la Marquesa de Cilleruelo y fue la vivienda original de la familia durante varias generaciones. En el año 1900, el duque de Santo Mauro, bisabuelo del actual propietario, construyó en la misma finca el Palacio de los Hornillos, antecedente del emblemático Palacio de la Magdalena.
Enclavado en medio de un jardín romántico, sus robustas y señoriales paredes han sido escenario de películas como El viaje de Carol, de Imanol Uribe, o Los Otros, una de las películas más taquilleras de la historia del cine español, dirigida por Alejandro Amenábar y protagonizada por una inolvidable Nicole Kidman en el papel de Grace, una madre de fuertes creencias religiosas que vive en un apartado caserón protegiendo a sus hijos de una extraña enfermedad que les impide mantener el contacto con la luz. Este escenario de cine conjuga historia, arte y naturaleza y se transformó en un lugar fantasmagórico para rodar esta película que salió a la luz en el año 2001.
La misma zona que supuso el eje central del film de terror se convierte ahora en uno de los mejores escenarios para celebrar una boda en el norte de España, donde se puede disfrutar de sus jardines de plátanos, sequoias, tejos y robles en todo su esplendor. Recientemente, la Casona de las Fraguas ha sido acondicionada para la celebración de bodas y eventos, ya que cuenta con una amplia sala comedor de cerca de 500 metros cuadrados, rodeada de un entorno privilegiado y con una cocina propia de gran calidad.