Se decía de él que era perfeccionista, visionario y adicto al trabajo. Karl Lagerfeld dedicó su vida a la moda, compaginando su propia firma con la dirección de la casa italiana Fendi y, desde 1983, con la francesa Chanel, la maison que lo encumbró; tres largas décadas de jornadas infinitas que consiguieron mantener con honores el legado de su fundadora, Gabrielle Coco Chanel. Se ganó el apodo del Káiser y supo traducir los códigos de la maison francesa al lenguaje moderno bajo su particular forma de entender el diseño. Para ello, rescató el traje de chaqueta, el tweed, los escarpines, las camelias y los mitones, fundiéndolos en inolvidables vestidos que vivían su momento álgido en temporada de Alta Costura. Hoy la industria llora su pérdida y homenajea al incombustible hombre del cuello alzado y gafas oscuras que defendió hasta el final su propia idea de elegancia.
Precisamente era en estos desfiles, bajo la cúpula del Grand Palais parisino, donde el maestro ponía el broche de oro a cada pase Haute Couture con un esperado vestido de novia. Unos modelos que lucieron sobre la pasarela sus inolvidables musas, desde Claudia Schiffer, Linda Evangelista o Inés de la Fressange en los años 90 a las contemporáneas predilectas de la moda como Cara Delevingne, Kendall Jenner, Kaia Gerber o Lily-Rose Depp.
El genio de Chanel idealizaba a las mujeres que querían pasar por el altar, adaptando el terreno nupcial siluetas eclécticas como el esmoquin, los vestidos cortos o prendas tan irreverentes como el trikini, visto el pasado mes de enero en París -donde la ausencia de Lagerfeld ya hizo saltar todas las alarmas sobre su salud-. Ser una novia Chanel significa sucumbir al toque afrancesado que el alemán adoptó para cada una de sus creaciones. En la pasarela lo defendieron sus musas, sobre la alfombra roja sus actrices protegidas como Penélope Cruz, Diane Kruger o Julianne Moore y de camino al altar, novias tan reconocidas como Poppy Delevingne también se dejaron seducir por los diseños de la maison.
La modelo británica protagonizó una boda de ensueño en su Londres natal para contraer matrimonio con James Cook. Para ello, se enfundó en un inolvidable vestido de Chanel, inspirado en una de sus colecciones de Alta Costura primavera-verano 2015. Sobre un cuerpo largo, de manga corta y bordado de flores, nacía una falda en un segundo plano, cuajada de detalles de pedrería con una larga cola. La socialité estuvo escoltada entre sus 17 damas de honor vestidas de pulcro blanco, donde se encontraban sus hermanas Chloe y Cara, quien también confió en Karl Lagerfeld, eligiendo un vestido de gasa con capelina, a juego con los zapatos.
Otras de las asiduas al Kaiser es Keira Knightley. La actriz llevó un vestido de Chanel para casarse con el músico James Righton en una sencilla boda celebrada en la Provenza. Su vestido de novia sentó las bases de la industria moderna, gracias a un diseño mini de tul y palabra de honor que rompía todos los cánones y que completó con una chaqueta de tweed, tan caracterísitica de la casa francesa, y unas bailarinas en tonos nude. Lo más anecdótico en cualquier caso es que este vestido no fue hecho en exclusiva para el gran día, sino que la actriz lo rescató de su fondo de armario, ya que ya lo había llevado para la fiesta previa a los premios Bafta en el año 2008.
En diciembre de 2017, Alessandra de Osma sorprendió en su boda civil con Christian de Hannover llevando un traje de novia que no era como los demás. Se trataba de un diseño de de tweed de lana en color crudo enriquecido con bordados ideado por el genio alemán como parte de su colección prêt-à-porter otoño-invierno 2017-2018, presentada en febrero de 2017 en París.
Aunque en la tienda online de la maison parisina se describía como un abrigo, la esposa del heredero de Hannover lo llevó a modo de vestido. Apenas trascendieron imágenes de esta ceremonia a la que también asistió la familia Casiraghi como testigo, pero podemos hacernos una idea del vestido visto sobre la pasarela. Karl Lagerfeld lo combinó con unas bermudas del mismo tejido y las botas con efecto kira-kira con puntera negra, otro clásico de la maison.
La actriz Anna Mouglalis fue la encargada de dar vida en la gran pantalla a Coco Chanel en el largometraje francés Coco Chanel & Igor Stravinsky. Además, ha protagonizado varias campañas de la firma y fue una de las musas de Karl Lagerfeld. Como no podía ser de otra manera, él fue el elegido para su gran día. La francesa se casó con un look que se alejaba de los cánones más clásicos en su boda con el empresario Vincent Rae. Fue una ceremonia íntima que tuvo lugar en el pueblo de Saint Paul de Vence, al sur de Francia, y caminó hacia el altar con un impresionante diseño de Alta Costura primavera-verano 2013. Fiel a la pasarela, llevó unos pantalones de cuero blancos combinados con un vestido de plumas.