Este fin de semana ha tenido lugar uno de los enlaces clave del otoño en nuestro país, que ponía el perfecto broche de oro a la historia de amor entre Alejandra de Rojas -hija de los condes de Montarco- y Beltrán Cavero -hijo de los marqueses de Portugalete-, y que reunía además a gran parte de la aristocracia española. La pareja se daba el 'sí, quiero' en Toledo rodeada de sus amigos y familiares y, tras meses de especulación, por fin hemos podido descubrir por fin el secreto mejor guardado de este día: el vestido de la novia. En tu revista ¡HOLA! de esta semana, ya a la venta en tu quiosco habitual, podrás descubrir todos los detalles del enlace y ver las excepcionales fotos de este enlace.
En este caso, la expectación era máxima, ya que Alejandra está estrechamente relacionada con el mundo de la moda, pasión que suponíamos que iba a estar reflejada en su look nupcial, tal y como fue. La elegancia y la sofisticación son dos adjetivos que siempre han definido a la perfección a esta aristócrata, que ha sabido adaptar las últimas tendencias a su estilo personal y ha hecho de sus estilismos su mejor carta de presentación, algo que también ha ocurrido en esta fecha tan señalada. Como podíamos esperar, el vestido de Alejandra ha sido la conjunción perfecta entre la moda nupcial actual y su estilo propio. Desde el principio, tenía claro que quería ser una novia de invierno y que buscaba una creación original y que respirase moda, y para conseguirlo acudió a Antonio Burillo y Juan Carlos Fernández, el tándem creativo tras la firma española The 2nd Skin Co. Ellos fueron los encargados de diseñar, bajo las directrices de la novia, este vestido que, sin duda, ha superado todas las expectativas.
El resultado fue un modelo que simula estar compuesto por dos piezas pero que realmente se trata de una sola, tal y como demuestra la hilera de botones que recorre la espalda. El cuerpo está confeccionado en tweed de lana color hueso y contiene discretas aplicaciones de pailletes a tono creadas especialmente para la ocasión. De él, parte la falda, de línea evasé hasta los tobillos, que cuenta con sutiles detalles transparentes, está decorada con delicado encaje español y posee bolsillos por petición expresa de Alejandra. Este detalle tan poco convencional en moda nupcial es una muestra más de lo claras que tenía las ideas esta original novia, al igual que lo es el cinturón de piel en tono beis que agregó y que rompía con el monocromatismo.
En cuanto a los accesorios, aportó un toque de color unos pendientes largos de esmeraldas y brillantes que pertenecían a su madre, la condesa de Montarco, fallecida hace dos años. Completó el estilismo con zapatos abotinados de encaje con tacón alto y decorados con lazos, diseño de su amigo Edgardo Osorio para Aquazzura. El director de la emblemática casa tiñó la suela de azul cielo y grabó tanto los nombres de los novios como la fecha de la boda, consiguiendo crear un calzado totalmente personalizado que se convierte, además, en un recuerdo inolvidable de su día más especial.