Alessandra de Osma y Miranda Kerr: una diadema de flores para distintos momentos de la boda

Atemporal y de color blanco, así es el tocado más versátil que se puede llevar tanto para la ceremonia nupcial como para la posterior celebración

por María Calvo

Si ir con tocado a una boda de día siempre fue una buena idea, también lo es ahora para subir al altar. Muchas novias buscan alejarse de los velos y las joyas más tradicionales con las que recogen su cabello para apostar, cada vez más, por diseños románticos y originales. Pequeñas y grandes firmas están poniendo en ellos el foco de atención y son muchas las que recurren a ellos como accesorio ideal en sus segundos cambios de look. Entre todos los diseños, las flores siguen siendo las eternas triunfadoras y Alessandra de Osma fue la prueba feaciente de ello el día de su boda con el príncipe Christian de Hannover.

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Tras la ceremonia religiosa que se celebró en la basílica de San Pedro de Lima el pasado 16 de marzo, la peruana nos deleitó con un segundo look nupcial par asistir al cóctel en la casa Berckmeyer, al igual que hicieron otras invitadas como Kate Moss, Eugenia de York o Alejandra de Hannover. En este caso, estrenaba el título de Princesa con un sencillo slip dress de satén y una diadema de flores que sustituía a su imponente corona. Este tocado estaba hecho con flores similares a la paniculata, una delicada especie con brotes de color blanco o rosa, muy de moda en territorio nupcial, utilizada por novias, damitas de honor, en los ramos o en la propia decoración. Aunque es un diseño atemporal por el que apuestan muchas novias como segunda opción nupcial, la modelo Miranda Kerr se atrevió con la opción total white en su camino al altar.

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La ex-ángel de Victoria´s Secret y el cofundador y CEO de Snapchat, Evan Spiegel, se dieron ‘sí, quiero’ en mayo de 2017 en una íntima ceremonia a la que asistieron menos de 50 invitados, celebrada en su mansión de Brentwood, en California. Su vestido de novia fue inspirado en el diseño que lució Grace Kelly en su boda con Rainiero de Mónaco en 1956. Un modelo de auténtica princesa, de manga larga, cuello a caja y con mucho volumen, diseñado por María Grazia Chiuri para Dior Haute Couture. Si la princesa monegasca llevó un tocado al más puro estilo años 50, la modelo lo reprodujo en versión actual gracias a una diadema de flores que utilizó para prender un romántico velo corto. Con esto se demuestra que tradición y modernidad no están reñidas y que este tipo de tocados pueden ser la opción ideal y más versátil para una novia, tanto en la ceremonia como en la celebración.