Los originales ramos de las novias que no quisieron flores

Ya sea por gustos personales o por buscar la diferencia, Mariana y Ángela confiaron en los expertos de La Florería para hacer realidad unos atípicos arreglos florales con los que completaron sus looks nupciales

por María Calvo

En muchas bodas, las flores trascienden del mero elemento decorativo para convertirse en parte decisiva de la celebración. En concreto, el ramo de flores con el que la novia va a completar su look nupcial es casi tan importante como el propio vestido. Sabemos que hay un diseño que encaja con cada tipo de mujer pero, ¿qué ocurre si a la propia novia no le gustan las flores? En este caso, también existe una solución que se ha materializado en Mariana Vallejo, una novia que no quiso recurrir al ramo convencional y que confió en la creatividad de Gonzalo Martín Lencina para encontrar su diseño ideal.

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Gonzalo es el florista encargado de La Florería de Palma de Mallorca y recuerda para Hola.com el proceso que siguió para lograr este original ramo. Tan solo siguió las tres directrices que le indicó la novia: "no me gustan las flores, me gusta el azul y quiero que arrastre (e hizo el gesto de cómo quería agarrarlo)". El resto, fue el resultado de su instinto y de su afán por idear diseños que rompen con los moldes más convencionales. "Cuando lo terminé y fui a entegarlo estaba muy nervioso. Me dije a mí mismo, "o le espanta o le encanta".'

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Y a Mariana no solo le encantó sino que al verlo se echó a llorar y se fundió en un largo abrazo con él. "Ojalá hubiese novias así a menudo", afirma. "Fue una apuesta arriesgada pero creí haber captado su esencia y no me costó esfuerzo llevarlo a cabo". Gonzalo nos confiesa que disfruta muchísimo y le enriquece más 'romperse la cabeza' creando diseños diferentes y con estilo propio que imitando lo que otros han hecho previamente. Para dar con este ramo en concreto, utilizó una planta que se llama Rhipsalis, tallos de Setaria y Eryngium (cardos azules), con una técnica de alambrado que consigue que tenga esa peculiar forma en cascada. 

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Y sobre ramos en cascada que también prescinden de flores podemos hablar de Ángela, una novia gallega dispuesta a saltarse los patrones convencionales en cada detalle de su boda, que se celebró en Nigrán (Vigo). A diferencia de Mariana, a ella sí que le gustan las flores, de hecho quiso llevar una imponente corona de colores tras la ceremonia religiosa. En busca de un ramo diferente dio con las manos de Raquel, otra de las floristas de La Florería, esta vez con sede en A Coruña. En este caso, creó para ella tanto el tocado como el ramo que lució de camino al altar.

Tomando como referencia la única premisa que pidió la novia (que el ramos no tuviera color) y el vestido que iba llevar (un traje plisado de The Row, un original velo de Beto García y unos mitones de Cortana), hizo realidad un diseño espectacular y nada clásico. Se confeccionó con unas hojas que se llaman Trifer, procedentes de planta herbácea, perenne, de follaje muy ramificado y aspecto plumoso. Como la propia Ángela les propuso el reto de la ausencia de color en su ramo, decidió pintarlo de blanco con un spray para obtener el estilo deseado con un resultado realmente impactante.